El Proceso de contingente del año 2002
Los errores del Contingente
17 de
Septiembre de 2002
El Ministro del Interior, Angel Acebes ha anunciado en el Congreso de Diputados que la Ley de Extranjería va a ser reformada y que el procedimiento de contingente para trabajadores extranjeros va a ser revisado con la finalidad de eliminar las trabas administrativas a la contratación de trabajadores extranjeros. El fracaso del contingente para UGT no consiste tanto en que sólo se haya presentado 2.000 ofertas de las 12.000 previstas, sino en que el mecanismo ha sido mal diseñado y pervertido por la actuación y la falta de transparencia de la Administración.
El
Ministro del Interior ha anunciado que el Contingente de trabajadores
extranjeros necesita una revisión, revisión en la que, al parecer,
participaremos los interlocutores sociales y las Administraciones implicadas.
Decimos que “al parecer” porque durante el actual proceso de Contingente también
estaba prevista la participación de los interlocutores sociales a través de una
comisión de seguimiento, que en la práctica ha sido inoperante por falta de
convocatoria.
La
ausencia intencionada de transparencia por parte del Gobierno, para poder
manejar este proceso laboral a su antojo, ha sido la tónica del actual proceso
de Contingente. Y seguramente el Ministro no desconoce que ya ha comenzado la
fase de determinación del Contingente 2003, sin que se haya escuchado la
valoración de las organizaciones sindicales; su ofrecimiento de revisión
conjunto parece, por tanto, una medida de efecto que esperamos, esta vez, tenga
un contenido real.
UGT
considera que efectivamente el Contingente 2002, ha sido un fracaso. Pero a
diferencia del Ministerio del Interior, que lo relaciona con las trabas
administrativas para atender las demandas de empleo, reflejando fielmente el
sentir empresarial, UGT considera que el fracaso ha sido debido al propio
Gobierno.
1.-El
contingente es sobre el papel un instrumento de regulación de flujos laborales,
que partiendo de la constatación de la necesidad de trabajadores, debía
garantizar la contratación y las condiciones laborales de los trabajadores
extranjeros y ofrecer oportunidades de inmigración regular a los países origen
de la inmigración. Sin embargo, este proceso ha sido pervertido por la práctica
de la propia Administración, apoyándose en la falta de transparencia y negando a
las organizaciones sindicales la posibilidad de realizar un seguimiento sobre
las ofertas presentadas por los empresarios. Ofertas que además no han sido
gestionadas en España para encontrar trabajadores autóctonos o extranjeros en el
mercado nacional, eliminando así, tanto el principio de necesidad de
trabajadores que es el origen del contingente como la oportunidad de comprobar
si realmente las ofertas que se han enviado al exterior respetan el principio de
igualdad en las condiciones de trabajo.
2.-El
Gobierno ha creado además una confusión interesada entre los permisos de
temporada y el proceso de contingente. Confusión que ha permitido a la
Administración hacer uso de un mecanismo alternativo, en este caso los permisos
de temporada, más rentable para los empresarios y sin cumplir el procedimiento
que la normativa vigente marca para este tipo de permisos. Otra forma de eludir
el control sobre las ofertas de trabajo y las condiciones ofrecidas. Nuevamente
y teniendo en cuenta el proceso de reforma de la Ley de Extranjería, empeño del
Partido Popular, continúa siendo el Gobierno el principal incumplidor de su
propia normativa.
3.-Y
por último, el contingente debía ser un mecanismo para prevenir la inmigración
irregular, ofreciendo a los países de inmigración oportunidades de venir a
España con un contrato de trabajo. Países con los que además se han firmado
convenios con esta finalidad precisamente. Sin embargo también en esto ha
fallado el Gobierno voluntariamente. No se puede en este caso culpabilizar a los
empresarios de que las ofertas de trabajo hayan tenido como destino fundamental
países que no son los principales emisores de inmigración hacia España. Es
responsabilidad y competencia del Gobierno dirigir los flujos migratorios por
encima de las preferencias en cuanto a nacionalidad de los empresarios,
preferencias que, además, son de dudosa legalidad. La realidad es que el círculo
de la inmigración regular que el Gobierno pretendía, en el que se unían los
países con convenio, las ofertas del contingente y la llegada con un contrato de
trabajo, se ha roto por la actuación de la propia Administración.
Por lo
tanto, muchos son los errores de los que ha adolecido el Contingente del año
2003, y los que han hecho que el procedimiento fracase desde el punto de vista
de UGT.