El Plan de Lucha contra la Delincuencia no debe servir para empeorar la Ley de Extranjería
El Gobierno ignora a los irregulares, sin
delitos,
y víctimas de la
explotación laboral
13 de
Septiembre de 2002
El Plan de Lucha contra la Delincuencia sólo recoge cuatro medidas relacionadas con la inmigración y pone en evidencia la contradicción del Gobierno que, de manera reiterada y peligrosa, ha achacado los problemas de seguridad ciudadana a los inmigrantes. UGT alerta sobre el peligro de indefensión que podrían padecer los extranjeros expulsados, sobre la imposición de la misma sanción para delitos de distinta gravedad y la ausencia de medidas para los trabajadores ilegales que, sin haber cometido un delito, son explotados y con toda seguridad serán expulsados a su país. El sindicato considera, asimismo, que este Plan no puede servir de excusa al Gobierno para retocar a peor otros aspectos de la Ley de Extranjería, como el procedimiento de reagrupación familiar o las posibilidades de regularización por arraigo.
El
Plan de Lucha contra la Delincuencia del Gobierno pone en evidencia su empeño
erróneo de relacionar la inmigración con la delincuencia. En los últimos meses,
el Ejecutivo ha identificado, reiteradamente, los delitos y problemas de
seguridad ciudadana con la inmigración. Una relación injusta y contraria a la
verdad, tal y como se ha visto obligado a reconocer con la presentación de un
Plan donde, exclusivamente, se recogen cuatro medidas relacionadas con la
inmigración.
UGT
alerta sobre el peligro de indefensión al que podrían verse abocados aquellos
extranjeros procesados, inculpados o condenados que hayan sido expulsados a su
país de origen y puedan ver obstaculizadas sus posibilidades de defensa.
Igualmente nos preocupa la imposición de la misma sanción para delitos de
distinta gravedad.
Por
otra parte, consideramos que existe un vacío con respecto a los trabajadores
inmigrantes ilegales, víctimas de la explotación laboral. El Plan sólo contempla
una nueva regulación para el explotador pero ignora la situación de los
explotados que, con toda seguridad, seguirán siendo expulsados, ateniéndonos a
la normativa vigente. Es significativo que el Plan haga referencia a la
necesidad de combatir las redes o tramas organizadas, que se dedican al tráfico
de seres humanos, y a la nueva regulación de diferentes conductas que tienen por
objeto enriquecerse a costa de los inmigrantes y, sin embargo, en ningún momento
se haga referencia a una protección específica para las víctimas de estas formas
de explotación.
Este
Plan de Lucha contra la Delincuencia tampoco puede servir de excusa al Gobierno
para retocar a peor otros aspectos de la Ley de Extranjería. En este sentido, no
podemos olvidar que, durante los 6 primeros meses de este año, se ha hablado de
endurecer el procedimiento de reagrupación familiar y de hacer desaparecer de la
Ley las posibilidades de regularización por arraigo.