MUJERES INMIGRANTES
Factores de Exclusión e Inserción en una sociedad multiétnica
LA SITUACIÓN EN ESPAÑA
Febrero,
2001
Esta
investigación responde a la necesidad de conocer los factores que pueden
determinar la exclusión de las mujeres inmigrantes en nuestro país, así como
analizar sus itinerarios de inserción, tanto laboral como social.
Hasta
hace relativamente poco, España se situaba entre los países emisores de
emigrantes. Desde los años 80, han descendido los flujos de salida, y en su
lugar, ha aumentado la entrada de población procedente, sobre todo, de países
con graves desajustes económicos.
Estos
movimientos migratorios actuales, se caracterizan, por una importante presencia
de mujeres. Los cambios acaecidos en la situación familiar junto con la
movilidad y flexibilidad del mercado de trabajo han creado unas demandas
laborales que están siendo cubiertas por el colectivo femenino.
A
pesar de que a lo largo de toda la historia las mujeres han estado presentes en
las migraciones (como migración conjunta o como reagrupación familiar), es
actualmente cuando se aprecia un importante aumento de las corrientes
migratorias de carácter económico, empleándose como mano de obra en los sectores
reproductivos y en los trabajos de menor cualificación y estatus más bajo.
Dado
que esta tendencia se manifiesta como creciente, es necesario conocer cómo se
encuentra este colectivo, sus itinerarios de inserción laboral y los posibles
problemas de exclusión que puedan tener.
Esta
investigación nos ha proporcionado la oportunidad de estudiar la situación de
las mujeres inmigrantes en nuestro país. La primera parte, basada en fuentes
secundarias, nos ofreció una descripción del colectivo inmigrante en España; es
decir, de que países proceden mayoritariamente, en que comunidades fijan su
residencia, en que sectores laborales se insertan, etc.
La
segunda parte, ha consistido en escuchar a las protagonistas del proyecto
migratorio, así ellas mismas nos han contado cuáles han sido las motivaciones
para salir de su país, cómo y dónde se han insertado y que dificultades han
encontrado en este proceso.
Gracias
a este estudio hemos obtenido información acerca del itinerario migratorio, las
condiciones de vida, la vivienda, la situación laboral, la realización de cursos
de formación, etc.., permitiéndonos profundizar en el proceso de su inserción
laboral, social y cultural.
Una
vez constatado el carácter laboral de estas migraciones y la importancia de los
aspectos antes reseñados en el proceso de integración, es fundamental promover
medidas eficaces para la mejora de la situación laboral, mejora que obviamente
facilitará la integración en nuestro país.
Pero
el fin último de la investigación es además, ofrecer junto con los demás países
que forman parte del proyecto, una base común de conocimientos propuestas y
estrategias políticas a nivel europeo, que nos permitan luchar contra la
exclusión que sufren las mujeres inmigrantes.
Es
necesario promover una política armonizada que aúne en un marco general, (a
pesar de las diferencias entre los estados miembros en cuanto a los vínculos con
los países de origen de los inmigrantes y las necesidades del mercado de
trabajo), las líneas directrices relativas a la integración de los inmigrantes
en Europa.
METODOLOGÍA:
En
esta investigación nos hemos servido de métodos empíricos cualitativos y
cuantitativos, siendo cada uno de ellos necesarios en su esfera para dar razón
de aspectos o componentes
específicos del objeto del conocimiento. No sólo no se excluyen
mutuamente, sino que se requieren y se complementan a la hora de abarcar la
totalidad del objeto de estudio.
Mientras
que las técnicas cualitativas nos permiten acercarnos a la propia percepción de
la realidad del colectivo estudiado, las cuantitativas nos ofrecen la
posibilidad de obtener un plano más descriptivo de la situación de las mujeres
inmigrantes en nuestro país.
Una de
las vías cualitativas más características es el llamado “grupo de discusión”. La discusión que
tiene lugar en el grupo convierte en objeto de conocimiento la ideología del
grupo, y ello con una importante particularidad: mientras que métodos como la
encuesta no traspasan el contenido de la conciencia , el grupo de discusión
explora el inconsciente. Por otra parte, el diseño de la encuesta es cerrado y
el del grupo de discusión es abierto.
Esto
nos ha posibilitado conocer el discurso espontáneo y libre de las mujeres
inmigrantes acerca de su propia realidad, y obtener una aproximación a sus
deseos, creencias, valores, motivaciones y fines.
Las
opiniones subjetivas verbalizadas en los grupos de discusión nos han ayudado a
descubrir la relación que mantienen con el país de acogida y con los autóctonos,
la convivencia práctica entre culturas y la percepción de discriminación e
integración que puedan tener.
La
elección de los puntos donde se han celebrado los grupos ha estado determinado
por las características demográficas del flujo migratorio y por las condiciones
laborales que presentaban.
Es
por ello que hemos escogido las ciudades de Navalmoral de la Mata (Cáceres),
Santander y Málaga para realizar los grupos de discusión, ya que presentan, a
nuestro entender, unas características que las hacen interesantes para
comprender la realidad de la inmigración en España.
Navalmoral
de la Mata representa la migración masculina. Situada en una zona
predominantemente agrícola, la proporción de mujeres es muy escasa, por lo que
resulta interesante estudiar la situación de este colectivo, cuyo peso
demográfico se encuentra muy por debajo del de los varones.
Por
otro lado, nos ha permitido conocer la situación laboral de un sector, en este
caso el agrícola y la repercusión que tiene en la vida de las mujeres
inmigrantes.
Málaga,
aunque pertenece al grupo de las zonas costeras con claro predominio de
población comunitaria, concentra a su vez un gran número de mujeres
extracomunitarias, mayoritariamente marroquíes.
En
este lugar, dadas las características específicas que presenta, al ser una de
las principales zonas turísticas de nuestro país, concentra a un importante
número de residentes con un nivel socio-económico elevado, favoreciendo la
inserción de mujeres inmigrantes en el Servicio Doméstico. Por otro lado, el
gran desarrollo del sector de hostelería ha permitido también que un gran número
de mujeres inmigrantes puedan insertarse laboralmente en este sector
Por
último Santander representa a esa parte de España con un escaso flujo de
inmigrantes y sin desequilibrios entre los sexos que comprende toda la zona del
interior, excepto Madrid.
La
mayoría de las mujeres han encontrado un hueco laboral dentro del Servicio
doméstico, como en muchos otros sitios de la geografía española, ya que es el
sector que agrupa, con mucha diferencia respecto a otros, el mayor número de
mujeres que vienen a trabajar a nuestro país.
Análisis
cuantitativo
Por lo
que respecta a la utilización del método cuantitativo, nos hemos servido de la
encuesta en forma de cuestionario como la forma más característica para el
estudio de determinados aspectos de la realidad social.
Esta
técnica se caracteriza por extraer una muestra de individuos, estadísticamente
representativa de la población que interesa estudiar, pidiéndoles respuesta a
una serie de preguntas acerca de sus actitudes y opiniones sobre determinadas
cuestiones o sobre actuaciones que han llevado a cabo previamente.
De
esta manera, con una muestra relativamente pequeña, podemos extrapolar los datos
obtenidos en la investigación y
obtener así una descripción de las condiciones laborales, de vida, etc, de las
mujeres inmigrantes en nuestros país.
Para
este estudio se ha elaborado una encuesta teniendo como objeto de estudio el
itinerario migratorio, las condiciones de vida, la vivienda, la situación
laboral, la realización de cursos de formación, etc de las mujeres inmigrantes,
distribuyéndose de forma proporcional por las distintas Comunidades Autónomas de
nuestro país.
Estas
encuestas se han realizado a través de los “Centros Guía” y “Puntos de Red
Jurídica” de UGT, centros que informan y asesoran a la población
inmigrante.
CC.AA. |
TOTAL RESIDENTES |
RESIDENTES R. GENERAL |
% MUJERES R. GENERAL |
Nº MUJERES R.GENERAL |
% MUJERES /CC.AA |
Nº CUEST/ CC.AA |
ANDALUCÍA |
83.943 |
36.806 |
43,8 |
16.121 |
10,68 |
22 |
ARAGÓN |
11.877 |
7.144 |
31,9 |
2.278 |
1,50 |
3 |
ASTURIAS |
8.688 |
2.752 |
38,3 |
1.054 |
0,76 |
2 |
BALEARES |
40.399 |
8.080 |
37,5 |
3.030 |
2,00 |
4 |
CANARIAS |
68.848 |
16.600 |
44,1 |
7.320 |
4,85 |
9 |
CANTABRIA |
3.910 |
1.434 |
51,7 |
740 |
0,49 |
1 |
C.
MANCHA |
11.374 |
7.801 |
41,3 |
3.221 |
2,13 |
4 |
C.
LEÓN |
20.113 |
7.424 |
47,7 |
3.541 |
2,34 |
5 |
CATALUÑA |
148.803 |
95.587 |
41,9 |
40.050 |
26,53 |
53 |
C.
VALENCIANA |
69.972 |
22.069 |
39,7
|
8.761 |
5,80 |
12 |
EXTREMADURA |
9.063 |
5.897 |
27,5 |
1.621 |
1,07 |
3 |
GALICIA |
21.140 |
5.299 |
43,3 |
2.294 |
1,51 |
3 |
MADRID |
148.070 |
94.593 |
55,3 |
52.310 |
34,66 |
69 |
MURCIA |
15.731 |
11.216 |
17,1 |
1.907 |
1,26 |
3 |
NAVARRA |
6.385 |
2.650 |
38,4 |
1.017 |
0,68 |
1 |
P.
VASCO |
16.995 |
5.620 |
45,7 |
2.568 |
1,70 |
4 |
RIOJA |
3.253 |
2.022 |
34,4 |
695 |
0,46 |
1 |
CEUTA |
1.196 |
405 |
51,0 |
206 |
0,13 |
|
MELILLA |
1.054 |
608 |
31,5 |
191 |
0,12 |
|
NO
CONSTA |
16.812 |
4.713 |
42,4 |
1.998 |
1,33 |
|
TOTAL |
719.647 |
388.720 |
43,9 |
150.923 |
100 |
200 |
La
inserción de las trabajadoras inmigrantes en España se produce mayoritariamente
en dos sectores laborales, aquellos a los que la Administración concede
prioridad en sus políticas de flujos migratorios: Servicio Doméstico y
Agricultura. Ambos sectores están regulados, en materia de condiciones laborales
y derechos sociales, por regímenes especiales distintos al Régimen General de la
Seguridad Social.
El Servicio
Doméstico:
Aunque
las estadísticas laborales muestran que el sector del servicio doméstico agrupa
de forma homogénea a las mujeres inmigrantes en España, existen serias
dificultades en el estudio de este sector:
Las
estadísticas de afiliación social no contemplan, obviamente, a las trabajadoras
que no se dan de alta en la Seguridad Social e incluyen, por otra parte, a
personas que no trabajan realmente pero que se afilian para obtener en el futuro
la pensión a la que tienen derecho las empleadas del trabajo doméstico.
La
información se solapa con otras ramas de actividad económica, por lo que puede
producir una visión deformada, subestimando o sobreestimando su importancia
cuantitativa. La estadística de efectivos laborales añade otras actividades a la
de personal doméstico (actividades sociales y servicios personales varios, como
emergentes oportunidades de nuevos yacimientos de empleo).
Por
otra parte los criterios de clasificación utilizados no distinguen si el/la
trabajador/a reside en el hogar del empleador, es decir si trabaja como interna,
o fuera del mismo, como externa.
En
cuanto a los empleados, las estadísticas se refieren a los empleados regulares,
especialmente del sector de la limpieza industrial y de oficinas, pero no
contemplan a los que trabajan en régimen sumergido.
El
Servicio Doméstico es la única oportunidad de inserción laboral para la gran
mayoría de mujeres inmigrantes que vienen a este país. Por un lado, las
políticas gubernamentales de regulación de flujos se han encargado de potenciar
especialmente el crecimiento de esta franja ocupacional a través del sistema de
contingentes laborales para trabajadores extranjeros. Por otro, al existir una
demanda real, las mujeres que están en situación de irregularidad
administrativa, encuentran con relativa facilidad un hueco en este sector.
Dentro
del Servicio Doméstico nos encontramos con dos modalidades; como interna y
externa. Las mujeres empleadas como internas, tienen ciertas ventajas, como
pueden ser el hecho de tener cubiertas las necesidades básicas, alojamiento y
manutención, lo que les permite una mayor capacidad de ahorro. A cambio se
encuentran con largas jornadas de trabajo y sobre todo con una ausencia de
privacidad y libertad.
Desde
el punto de vista jurídico, los trabajadores de este sector tienen un régimen
especial, Real Decreto 1424/ 1985, de 1 de Agosto, por el que se regula la
relación laboral de carácter especial del Servicio de Hogar Familiar.
Encuadrado
en el mercado de trabajo secundario y desde una concepción económica esta
actividad está caracterizada por bajos ingresos, malas condiciones, escaso grado
de organización colectiva, trabajo precario, altos índices de economía irregular
y nulas posibilidades de promoción laboral.
El
sector del Servicio doméstico reúne todas las características de un mercado
secundario, definido como aquel que tiene una naturaleza de embalse, ya que
difícilmente permite dar el salto a un mercado primario de mejores salarios,
condiciones de trabajo, mayor estabilidad del empleo, con posibilidades de
ascenso, garantías laborales reglamentadas con media o alta cualificación y
sindicalización factible.
Socialmente
existe una desvalorización ideológica del trabajo, es una profesión no
reconocida, desprotegida y mal remunerada que se convierte en la única salida de
las mujeres que viene a nuestro país en busca de mejores condiciones y que su
situación de legalidad y subsistencia depende de la conservación de un
empleo.
A las
características de este sector, comunes a todos los trabajadores, bajo
reconocimiento, desplazamiento social y desregularización de la actividad se le
une, en este caso, las problemática propias de su condición de inmigrante; es decir, se le agrega la
distancia natural del enfrentamiento de culturas, el desarraigo del pasado y los
orígenes, la desprotección y el desamparo y toda la variedad de situaciones
conflictivas que sufre la hora de tramitar los permisos de trabajo y
residencia.
Un
empleo en el Servicio Doméstico, incluso en estas condiciones, posibilita a la
mujer inmigrante al acceso a una residencia y a una regularidad social y
legal.
Para
la mayoría de las trabajadoras extranjeras que viene a España, acceder a un
puesto de trabajo y a una oferta de empleo, puede permitir obtener un permiso de
trabajo y residencia. Esta situación provoca, en muchos casos, situaciones
límite para conseguir o conservar un empleo.
En el
discurso de las mujeres inmigrantes que hemos estudiado son constante algunos
aspectos que ilustran la percepción que estas propias mujeres tienen acerca de
su situación laboral. Estos son algunos testimonios en los que aparece ese
sentimiento de frustración por soportar una condiciones impuestas por los
empleadores, calificadas de abusivas, y que en otras circunstancias no hubieran
soportado
Grupo
de Santander,
compuesto
por mujeres ecuatorianas y mayoritariamente insertadas laboralmente en el sector
del Servicio Domestico:
“....
yo llegue hace cuatro meses a Madrid y en
Madrid no encontré trabajo y vine de Madrid a acá, a Santander con trabajo,
bueno pues el viaje bien, no me pasó nada, si no... no estuviera aquí, contando
mi experiencia, creo que lo que la mayoría sufrimos es la explotación ,no se si
es porque las personas no están informadas de que tenemos derechos y por eso es
que se abusan, piensan, no se...yo me he dado cuenta en mi trabajo pienso que
las personas piensan que somos ignorantes, que no sabemos, que ... que tenemos
leyes y tenemos derechos y piensan que por eso nos pueden explotar, tratan de
hacer las cosas como que no supiéramos, pero en realidad nosotros sabemos
nuestros derechos y en el momento en que nosotros tratamos de retomarlos, ahí es
cuando empiezan a tratarle a uno
mal y si no te dicen... ahí está la puerta y a la calle y hay personas que se
aguantan porque no tienen donde ir, yo tengo una amiga a la que le están
explotando, y a lo mejor hoy no le dejaron salir”
“Yo
hace..., si, el domingo conocí a una chica de Colombia que llevaba aquí ocho
meses y que había estado trabajando por 50.000 pesetas y se había salido del
trabajo pensando que iba a ganar un poco más en un restaurante y el restaurante
tampoco le resultó y la pobre se fue, se fue, se quisieron aprovechar de la
situación, y le dijeron, trabajas, comes y duermes aquí , pero te pagaré 1.000
pesetas, y el horario era de 9 a 5 y de 8 a 2 de la mañana, por 1.000 pesetas.y
yo le decía pero búscate otro trabajo y ella me decía es que no encuentro, mira
en 8 meses que llevo aquí, no tengo nada ahorrado, y tiene ahora una depresión
que es lo que más, que no se la puede quitar, y encima de que una está con la
depresión y que vengan y la exploten”.
A la
posible situación de explotación y abuso, se suma la indefensión y la falta de
información de estas trabajadoras que están en un país extranjero y que la
mayoría de las veces desconocen sus derechos.
Grupo
de Santander,
compuesto
por mujeres ecuatorianas y mayoritariamente insertadas laboralmente en el sector del
Servicio Domestico:
“Si, en
el servicio doméstico, osea....nos cohíben la comida, no nos dan los días que
nos corresponden, tratan de dirigir nuestra vida, como si fuéramos unas personas
que no tenemos educación, no se, yo no se que pensamiento tienen de nosotros,
que venimos de un país ....incivilizado, le habían dicho a mi amiga, que vienes
de un país incivilizado , que no tiene costumbres, entonces son cosas que a
uno...y el problema es de todas en general cuando apenas llegamos, porque no
sabemos, estamos como quien dice ...perdidas y decimos bueno, pues así será, así
será, y cuando luego poco a poco ya vamos viendo como es la situación y uno
trata de reclamar y ....”
“Es que
no están informados, sería bueno que se informaran, que conocieran los derechos
de un empleado doméstico porque porque seamos empleadas domésticas ...no saben
que tenemos derechos, no se que pensarán, porque dicen... eso es en tu país,
piensan que venimos de la montaña, que somos campesinos”
“Falta
que se difundan por los medios de comunicación los derechos de los inmigrantes,
las horas de descanso que deben tener las empleadas de hogar, hace falta....,
para que la gente, los españoles tengan conocimiento, de cuando una empleada
timorata no pueda...., tiene que tener conocimiento y la persona pueda decir yo
tengo derecho a esto y ellos tengan consciencia de esto y vean que lo que le
está diciendo es la ley, no es
porque yo quiera unos días o unas horas, es porque la ley me faculta a eso”
“Así
como nos hacen conocer a nosotros los derechos que tienen, también las
obligaciones que tienen ellos”
De
estos testimonios se desprende también un exigencia de información de doble vía,
es decir; las empleadas demandan mayor información para conocer sus derechos,
pero amplían esa demanda a los/as empleadores/as. Ellos también deberían estar
informados de los deberes que tienen para con ellas.
Una de
las situaciones clave en cuanto a las condiciones laborales especiales del
Servicio Doméstico en comparación con otras categorías laborales es que no tienen derecho al desempleo.
Pueden
ser despedidas cuando los empleadores
quieran prescindir de sus servicios con una indemnización de 7 días de salario
por año trabajado, en vez de 45 días como el resto de los trabajadores. Las pagas extra son de 15 días en vez de
pagas de 30.
La
queja más generalizada que han manifestado estas mujeres en los grupos de
discusión ha sido la desprotección en la que se encuentran ante la perdida de
trabajo.
Grupo
de discusión de Málaga,
con
una mayoría de mujeres marroquíes trabajando como Empleadas de Hogar
“La gente que trabaja en el campo,
trabaja 6 meses y tiene paro y nosotros que pagamos más que ellos y no tenemos
nada, ahora mismo yo estoy sin trabajo y ahora que pasa, que me muero de hambre,
no tengo para pagar casa, no tengo para comer”
“Yo quiero trabajo en el campo, ellos no
pasan hambre, no, no...”
“Y nosotras que trabajamos en casas,
trabajamos de día, de noche, a la hora que le da la gana llamarte a la señora y
que pagamos seguro social, cuando se acaba y no tenemos trabajo, no tenemos para
pagar casan ni para pagar nada, este trabajo es lo más peor”
En
el tema de afiliación y cuotas, los empleadores están obligados a dar de alta y
a afiliar a la trabajadora del Servicio doméstico, que trabaje de forma
exclusiva y permanente con el/ella. Cuando la empleada trabaje a tiempo parcial
y discontinuo, es la propia trabajadora quien debe tramitar el alta, afiliarse a
la Seguridad Social y pagar su cuota.
Con
respecto a las prestaciones la trabajadora doméstica tiene derecho a las
prestaciones de invalidez, jubilación, viudedad, etc..., en las mismas
condiciones que el resto de los trabajadores por cuenta ajena.
Grupo
de discusión de Málaga,
con
una mayoría de mujeres marroquíes trabajando como Empleadas de Hogar:
“Yo llevo 7 años trabajando y pagando
Seguridad Social y cuando me ha pasado algo en la rodilla, y me faltaban de
pagar dos meses para tener una paguita, y fui y le dije a la señora, mire señora yo no se si usted paga , me puede
quedar una paga , no se nada, tres años que llevo ya con la rodilla, sufriendo,
trabajando con la otra rodilla, y tengo que pagar 200.000 pesetas y yo salí de
mi casa fuerte, sana y ahora que le digo a mi madre, ¿ qué hace mi madre? Y
ahora de tanto trabajar con la otra rodilla, de tanto apoyarla me he abierto la
rótula y estoy viendo con MªJosé
unos papeles con la Junta de Andalucía para ver si me puede quedar una
paguita, chica aunque sea para poder vivir”
“Es que las empleadas de hogar no tenemos
derecho a nada, ¿porqué los otros si y nosotras no? Lo de antes no cuanta, sólo cuentan los
6 meses antes, ¿porque?, si tu los 6 meses antes no estás trabajando,¿qué? y si
te pilla una moto o un coche o cualquier cosa ¿qué? y ahora estoy coja y
buscando trabajo...., es todo sufrir, sufrir y sufrir.... y ahora tengo las dos
rodillas mal”
El
problema de la mayoría de las trabajadoras inmigrantes, y más en el caso de las
que se encuentran en situación administrativa irregular, es que, al no cotizar
regularmente a la Seguridad Social, ante accidentes o enfermedades se encuentran
completamente desprotegidas.
Jornada
En lo
que respecta a la jornada laboral, estos son los comentarios de algunas mujeres ecuatorianas del Grupo de Santander:
“Y las personas como nosotros trabajamos
13 y 14 horas, y eso es demasiado”
“ Y es que hay algunas personas que son
empleadas domésticas españolas y no
hacen lo mismo”
“Y es porque saben que uno es extranjero
y lo que no pueden hacer con un español lo hacen o lo quieren hacer con un
extranjero, y eso es como más fácil para ellos, bueno lo primero inmigrantes,
primer punto, sin papeles, entonces ¿qué nos queda?, pues como decimos allá,
agachar la cabeza”
La
jornada máxima semanal es de 40 horas de trabajo efectivo, sin incluir los
llamados “tiempos de presencia”
acordados por ambas partes, en los que la trabajadora no está obligada a
realizar tareas domésticas habituales, pero si aquellas que exijan poco esfuerzo, como abrir la
puerta, coger el teléfono, etc.
En la
practica, el tiempo de presencia es una prolongación de la jornada laboral
efectiva y convierte en habitual que los horarios se prolonguen sin control y
sin compensación económica.
El
horario se fija libremente por el/la empleador/a, teniendo en cuenta que el
horario de trabajo efectivo no puede exceder de nueve al día.
Si la
empleada no duerme en el domicilio donde presta sus servicios, entre una y otra
jornada debe mediar un mínimo de diez horas de descanso ininterrumpido. Si
duerme en el domicilio tiene derecho a un descanso de ocho horas ininterrumpidas
desde el final de la jornada hasta el comienzo de la siguiente. Al terminar la
jornada diaria de trabajo y el tiempo de presencia pactado, la empleada no está
obligada a permanecer en el hogar familiar. La empleada interna dispone de una
hora para cada una de las comidas principales y este tiempo no se incluye dentro
de las jornadas de trabajo
Una de
las características del Servicio Doméstico son la jornadas interminables, en el
caso de las empleadas internas donde coincide el lugar de trabajo y el de
residencia, las jornadas de trabajo se alargan mucho más de lo establecido ,
llegando incluso a más de 12 horas diarias
La
empleada de hogar que trabaje en régimen de jornada completa tiene derecho de u
descanso semanal de 36 horas, con derecho a disfrutar, al menos de 24 horas
seguidas, coincidiendo preferentemente con el domingo.
En
cuanto a los descansos, las mayoría de las empleadas internas se quejan de que
los empleadores no cumplen con los tiempos estipulados. Esto queda reflejado en
los testimonios de las mujeres del Grupo de Santander:
“Y nosotros que trabajamos 13 y 14 horas
al día, días de santo trabajamos, primero de Mayo, trabajamos, oséa, la señora
no nos da nada, no nos da días libres, días libres no tenemos, el domingo nos
levantamos a las nueve, si por desgracia nos quedamos dormidos media hora del
domingo, ya suena el timbre, ¡timbrazo! A que nos levantemos a poner el
desayuno, a dejar hecha la casa, y de allí salimos a las 12 o 11, 30..”
“Pero en teoría tendríais que tener el
domingo libre y la tarde de algún día, del jueves.”
“La tarde que tenemos es la del jueves,
que tenemos libre de las cinco a las nueve”
“Mira.... eso es lo que yo digo, uno que
viene de lejos, en realidad, en busca de un trabajo, se da el caso de que la
gente se conforma con conseguir un trabajo y a veces se esclaviza en él, por el
temor de me quedo sin trabajo, y los envíos, el compromiso, pero no es sólo eso,
tenemos que concienciarnos y hacernos valer como seres humanos que somos y
también hacer prevalecer nuestros derechos, lo que realmente no hay nada
plasmado para nosotros, como decía antes, algo que nos garantice, también a
nosotros, por ejemplo, aquí se ve a un oficinista, un obrero y trabaja hasta el
día viernes, si trabajan los
domingos son horas extras, en cambio nosotros no...entonces yo no se , la
ley..., nosotros tendríamos que estar más atendido por las autoridades
españolas, si es que a las empleadas de hogar se las deja.....”
“Hay que reivindicar los derechos, y así
se logra las cosas”
“Mira nosotros trabajamos los sábados,
los feriados y nada, nada, nada ,
no nos pagan nada, ni pagas ni nada”
“Medio sueldo te tiene que dar”
“Pues nada, nada”
“La ley dice que son 36 horas a la semana
y usted puede salir el día sábado a las doce de la noche”
“La ley dice 36 horas , pues nosotros
tenemos desde las 11 hasta la 9, son 10 horas y 4, 14 horas, 14 horas semanales
y trabajamos como esclavos”
“Yo no se a quien tenemos que apelar,
porque aquí, por ejemplo, la secretaria realiza sus actividades, ella no anda
trapeando, aquí uno tiene que hacer todo..., se da el caso por ejemplo, de que
lo que llaman el mínimo vital, que allá le dicen el mínimo extra profesional,
son setenta y seis mil y pico, se entiende que nadie puede trabajar por menos de
esa cantidad, y se dan casos de gente que trabaja por menos de setenta mil
pesetas, internas que están ganando menos de lo básico, de lo elemental, son
cosas que hay que domar, porque realmente...la gente que va a limpiar y a hacer
la comida a una casa, si hay personas mayores en cama, pues también los tiene
que atender por el mismo valor, y eso no puede ser, y la gente comete el error
de aceptar hacer esos negocios, porque yo creo en la necesidad de la gente por
el trabajo, pero si ya hay un ente regulador, pues zapatero a sus zapatos, la
cosa va a cambiar, que ya no estamos en la época del feudalismo, con el tiempo
la cosa tiene que cambiar....”
El
tiempo que estipula la norma laboral que lo regula, que es de un día y medio
para la empleada interna, se recorta también con frecuencia debido a las tareas
que no imponen esfuerzo
El
escaso tiempo libre y los abusos en cuanto al horario, se convierten con
frecuencia en auténtico enclaustramiento para muchas trabajadoras en situación
de irregularidad administrativa que trabajan en este sector. Al temor de la
propia trabajadora, si está en situación irregular, a ser detenida fuera del
lugar de trabajo, se le suma el temor de los empleadores, no sólo de que
detengan a su empleada, sino a que ésta pueda establecer contacto con el mundo
exterior, considerar mejores ofertas y finalmente cambiar de trabajo.
El
sueldo para una jornada de 40 horas semanales de trabajo efectivo es el salario
mínimo interprofesional que cada año fija el gobierno. Para las trabajadoras que
no prestan servicios durante toda la jornada de trabajo, la cifra del salario
mínimo tendrá que calcularse en proporción a las horas realmente trabajadas, ya
que tal cifra del salario mínimo corresponde a la jornada completa de 40 horas
semanales.
La
empleada tiene derecho a dos pagas extraordinarias al año que se percibirán,
salvo que se acuerde lo contrario, al finalizar cada uno de los semestres del
año. El importe de cada paga es como mínimo de quince días de sueldo. El salario
mínimo de las trabajadoras por horas, en esta normativa, incluye la parte
proporcional correspondiente a las pagas extraordinarias
A las
empleadas se les puede descontar por manutención y alojamiento un máximo del 45%
del salario mínimo interprofesional. La tradición del salario en especie, que
suele llegarles más a las internas (comida, estancia...) sirve en la mayoría de
los casos para rebajar el salario monetario.
El
Servicio Doméstico, además de compartir las características de “invisibilidad” y
“jornada interminable” propias de este trabajo, demostrando las desigualdades
que siguen existiendo todavía entre géneros, se le suma el desconocimiento, la
subestimación y el bajo prestigio social.
En
mujeres con un alto nivel de formación y cualificación, como ocurre en el caso
de la mayoría de las ecuatorianas esto se traduce en un continuo sentimiento de
frustración.
Este
es el testimonio de una mujer ecuatoriana
del Grupo de Santander que
ilustra la situación de mujeres pertenecientes a este colectivo con el
bachillerato completo y muchas de ellas también con estudios universitarios,
insertadas laboralmente en el Servicio Doméstico.
“...Yo me gradué en la universidad y me
regalaron el pasaje, y yo pensé pues si ya he acabado me vengo y me vine para
acá y yo la verdad que nunca, nunca, nunca tuve en ilusión venir a España, yo
siempre había pensado en Suiza, pero ya como estaba en Europa pensé que por lo
menos me iba acercando un poco más, y como me regalaron el pasaje pues me vine y
muy bien, hasta cierto punto bien,
como dice Eliana la
depresión....porque hay que estar dispuesta, mentalizarse, porque cada uno hace
en casa...las labores de casa, está acostumbrado, pero después de haber
estudiado tanto...,después de haber hecho seis años de estudio, pero aquí no se
podía porque el sistema de estudios es diferente al nuestro, es muy difícil y no
se podía porque las convalidaciones
son distintas, los módulos son diferentes, no es lo mismo, no compensan muchas
materias, depende si tienen ganas o no tienen ganas, lo que me pasó a mi yo hice
filosofía, pero lo seguí para maestra, pero aquí para maestra es una cosa,
para filosofía otra, entonces o lo
sacas de nuevo y otros cinco años o... y yo decidí que más no, que yo ya otros
cinco años de mi vida no.... y empecé a trabajar”
El
principal problema que encuentran las mujeres inmigrantes es que no pueden
convalidar sus estudios, las materias son diferentes y no hay una normativa con
respecto a las convalidaciones, por lo que a pesar de tener una licenciatura no
encuentran en nuestro país ningún reconocimiento de los estudios cursados en el
país de origen. Mientras allí son profesionales aquí deben desempeñar unas
tareas que están muy por debajo de su cualificación.
En el
caso concreto de Ecuador, y de otros países latinoamericanos, hay que destacar
las crisis económicas que están viviendo y que han obligado a emprender una
migración masiva a un gran número de ellos, pasando de ser en pocos meses una
clase media o media-alta e incluso propietarios de pequeñas empresas a
trabajadores empleados en el servicio doméstico.
Mujeres
ecuatorianas del Grupo de
Santander:
“Nosotros es que nuestro negocio estaba a
punto de quebrar, nuestra casa hipotecada y estábamos.... y nos tuvimos que
venir para no perderlo”
“Es que la economía allá quebró, el dólar
sube y la economía quebró, muchas empresas quebraron”
“Quebramos todos, porque el es técnico en
maquinaria industrial de confección allá...”
“ Date cuenta que nosotros teníamos casa
propia, nos pagaba el Ayuntamiento, él mismo hacía el mantenimiento de la
maquinaria, porque representa mucho dinero, nosotros sólo mandábamos a
mercadería y entonces ¿que pasa? Se hundió el país, en marzo del 99 empezó a
derrumbarse con tu dinero congelado, la gente no pagaba y cada semana era ... la materia
prima, por ejemplo, tu comprabas un rollo de tela a 600.000 mil y a la semana ya
estaba en 700.000 mil”
“Claro, así las pequeñas empresas se van
a....”
“Y las empresas grandes....”
“Mucha gente se ha quedado sin
trabajo”
“14 empleados que teníamos y los 14
dejamos sin trabajo, y aquí estamos, de dueños, de empresarios y miren....y eso
fue lo que me marcó, lo que me marcó cuando yo vine, cuando llegué, porque vine
al siguiente día a trabajar ya, vine, oséa, como vine, como dueña, como señora,
como lo que es una allá, yo no vine aquí a ponerme el uniforme, créame me saqué
todas mis joyas, todo lo que tenía, y venir a ponerme ese uniforme y ahora así
la humillación, ¡no! ¡Dios mío!”
“Y eso te digo....que uno no sabe por
donde ver las cosas”
“Da coraje, si es que es denigrante”
El
desajuste entre el nivel de formación y el mercado laboral al que tienen acceso
provocan “una constante depresión” a
la que aluden continuamente. Aunque en un principio concebían el empleo en el
Servicio Doméstico como un trampolín de entrada en España y algo provisional,
han comenzado a asumir la dificultad de esa cierta movilidad social que
esperaban antes de venir.
Grupo
de Santander:
“Es que a nosotras, por ejemplo, las
empleadas de hogar se nos tiene como las últimas rueditas de un coche y yo creo
que una empleada de hogar se merece las mismas consideraciones y reconocimiento
como para estar constituida como una clase obrera más, porque por ejemplo, en un
lugar de trabajo usted tiene un accidente de trabajo y solamente tiene la
seguridad, pero una empleada de hogar no tiene baja, nada de esas cuestiones,
usted sabe que hay enfermedades que se adquieren en el trabajo y una persona que se
enferme en el trabajo, al margen de la Seguridad Social no tiene ninguna
operación, ningún reconocimiento”
“Mira.... eso es lo que yo digo, uno que
viene de lejos, en realidad, en busca de un trabajo, se da el caso de que la
gente se conforma con conseguir un trabajo y a veces se esclaviza en él, por el
temor de me quedo sin trabajo, y los envíos, el compromiso, pero no es sólo eso,
tenemos que concienciarnos y hacernos valer como seres humanos que somos y
también hacer prevalecer nuestros derechos, lo que realmente no hay nada
plasmado para nosotros, como decía antes, algo que nos garantice, también a
nosotros, por ejemplo, aquí se ve a un oficinista, un obrero y trabaja hasta el
día viernes, si trabajan los
domingos son horas extras, en cambio nosotros no...entonces yo no se , la
ley..., nosotros tendríamos que estar más atendido por las autoridades
españolas, si es que a las empleadas de hogar se las deja.....”
Aun
así, a diferencia de otros colectivos son plenamente conscientes de su
situación, tienen una actitud más reivindicativa de sus derechos e intentan
buscar una mejora en las condiciones laborales
El Sector Agrícola:
El
sector agrícola se encuentra actualmente en una etapa de cambios estructurales.
En muchas zonas de nuestro país es uno de los pilares de la economía local. El
problema de la aparente escasez de mano de obra nacional se ha “resuelto” con la
orientación de las políticas migratorias hacia este sector.
En el
caso concreto de las mujeres inmigrantes empleadas en el sector agrícola
encontramos dos grupos diferenciados: las que residen en nuestro país de forma
permanente, y las que vienen a trabajar en las campañas migratorias.
Estas
últimas, al igual que los temporeros nacionales, se encuentran con los
siguientes problemas:
Ø
Falta
de alojamiento o inadecuación de los mismos. Además de la dificultad específica
para los inmigrantes de encontrar vivienda en alquiler.
Ø
Incumplimiento
de los convenios colectivos por parte de los empresarios en temas como el
salario, la jornada laboral, horas extraordinarias, días no trabajados por
climatología, etc...
Ø
Inestabilidad
en el empleo, dependiendo del desarrollo de las campañas.
Ø
Escasa
contratación en origen, donde los trabajadores podrían desplazarse con unas
condiciones pactadas en origen, salario, duración de la campaña, etc...
Los
trabajadores inmigrantes del campo poseen además problemáticas concretas. En el
caso de aquellos que están en situación irregular, la situación empeora, ya que
se encuentran ante una total disponibilidad hacia el empresario, que es el que
decide en todo momento cuándo y cuántos trabajadores quiere.
La
estabilidad en esta situación es nula y los salarios están muy por debajo de lo
estipulado en el convenio. Además, a la absoluta precariedad laboral se suman
los problemas derivados del desconocimiento del idioma, la infravivienda y por
consiguiente la ausencia de integración social.
La
mujer inmigrante se ve doblemente afectada: por un lado, físicamente está en una
situación de inferioridad por la dureza de las condiciones de este sector; pero
también puede, en ocasiones, verse afectada por un choque cultural.
Siendo
el colectivo magrebí el más mayoritario, ante el problema de precariedad en la
vivienda y el hacinamiento, se enfrenta ante el deber de mantener una serie de
pautas culturales y religiosas que debe respetar y la necesidad de adaptarse
rápidamente a una nueva situación.
El
otro colectivo que forma parte de las trabajadoras del campo son las que están
en nuestro país residiendo de forma permanente. Se trata de mujeres que tienen
aquí sus familias, sus hijos están escolarizados y gozan de una situación más
favorable que las que vienen a trabajar en las campañas migratorias.
Dependiendo
de la zona geográfica y del cultivo, se trabajan determinados meses al año, pero
la otra gran parte del año estas mujeres se encuentran inactivas, y aun en los
casos más afortunados, como por ejemplo Extremadura y Andalucía, que cobran
subsidio por desempleo, éste es tan escaso que las obliga a vivir con unos
ingresos realmente insuficientes, dificultando la integración.
Estos
son los comentarios de las mujeres de Navalmoral de la
Mata, con un alto porcentaje de mujeres marroquíes insertadas casi en su
totalidad en la agricultura, ya que es una zona de Extremadura que se dirige al
cultivo del tabaco, el pimiento y el espárrago
§
“El campo es muy duro y muy difícil para
trabajar, como soy una chica no puedo, no puedes trabajar en el campo y cuando no hay otro trabajo te pones
muy mal ....”.
§
“¿Y cuánto dura la temporada del
espárrago y del tabaco?”
§
“Este año no hay mucho, este año no hay
espárragos “
§
“Se trabaja un mes o algo así y alguno
que tiene mucho tabaco le dura tres meses, otros dos meses, otros a lo mejor un
mes y algo, y los pimientos lo mismo, si llueve ya están todos estropeados y ya
está ...”
§
“Entonces, a lo largo del año trabajáis
unos meses sólo..”
§
“Si...”
§
“ En la campaña del espárrago, en la del tabaco y en la del
pimiento”
§
“Si, aunque la del pimiento y la del
tabaco es al mismo tiempo y si viene la lluvia....”
§
“Si, es
que el problema del campo es lo que ocurre, y este año ha llovido mucho y ha
pasado lo mismo en cualquier campaña, la campaña venía bien, pero al llover se
estropeó, con lo cual ha habido un
mes de recogida y como además no ha sido muy amplia la campaña, no necesitaban
tanta mano de obra, está ocurriendo lo mismo con la campaña de cereza en el
valle, que toda la primera, oséa, la temprana se ha estropeado, no ha habido para nadie, ni tan siquiera para
la gente del valle, tampoco ha
habido recolección, la segunda cereza ha venido bastante estropeada por las últimas
lluvias, entonces, ahora mismo hay un campamento de temporeros en lo que es el
valle del Jerte, pero no se está necesitando la mano de obra que se necesita otros años, que en
el campo es impredecible, todo
depende de la climatología.”
§
“El problema del campo es que dura 2
meses o 3 meses , sin trabajar, y claro porque cobramos paro, me entiendes pero
el paro son 60.000 pesetas y con el
paro tenemos que comer, que pagar la luz, tienes que muchas cosas y eso no llega
“
§
“¿Y cuántos meses cobráis de paro?”
§
“6 meses “
§
“Y tienes que pagar todo “
§
“Y luego son 10.000 menos”
§
“Y luego pagas 8.000 de la luz “
§
“Si, es difícil, porque las cosas aquí
están muy mal”
El
sector agrario aparece, tras el Servicio Doméstico, como una de las actividades
que agrupa mayor cantidad de mujeres inmigrantes en nuestro país, siendo en
algunas regiones la única alternativa laboral.
Aunque
en este caso no se puede hablar propiamente de discriminación por género, es
cierto que encuentran mayores dificultades que sus congéneres varones. Pero el
elemento que diferencia a los trabajadores agrarios del resto es el Régimen
Especial Agrario de la Seguridad Social (R.E.A.S.S.).
Al
igual que el Servicio Doméstico, los trabajadores del sector agrícola se rigen
por una regulación específica: el R.E.A.S.S.. Las condiciones en las que se
desarrolla la actividad agraria, las singularidades en la captación de recursos,
las prestaciones sociales distintas, entre otras cuestiones, hacen que presente
diferencias con respecto al Régimen General.
Uno de
los aspectos que la distinguen es el referido a la protección de los
trabajadores agrícolas. Sus cotizaciones son prácticamente el doble a las de un
trabajador del Régimen General, con la peculiaridad de que además tiene la
obligación de cotizar mientras esté inscrito en el censo, tanto si trabaja como
si está parado, mientras que por el contrario, la cotización del empresario es
la mitad (y en determinados aspectos menos) de lo que soportaría un empresario
del Régimen General.
En
cuanto a la protección por desempleo, sólo es disfrutada por los trabajadores
con contrato de carácter indefinido. Los trabajadores eventuales tienen derecho
a los subsidios de desempleo, pero sólo en las Comunidades Autónomas de
Andalucía y Extremadura, donde el paro es más elevado.
La
eventualidad y la alternancia laboral que caracteriza a este sector, impide,
como se desprende de los testimonios de las inmigrantes marroquíes en
Extremadura (Navalmoral de la Mata), un ritmo de trabajo regular con la
consiguiente dificultad para llevar una vida normalizada:
§
“¿Qué hacéis las temporadas entre el
tabaco y el..., los meses esos?”
§
“Claro, claro, yo el espárrago este año
no lo he trabajado, la que ha trabajado ha sido cuatro o cinco días, luego te
echan y luego llueve y luego no hay....”
§
“Este año han trabajado cada día por
2.000 para la gente “
§
“2.000 pesetas y tienes que estar mucho
tiempo porque el espárrago, porque no hay sol....”
§
“Pero las temporadas que no estáis
trabajando...¿ que hacéis?”
§
“Nada....”
§
“A casa....”
Para
una protección integral de las/los trabajadoras/es de la agricultura, el
R.E.A.S.S debería modificarse para la plena equiparación de prestaciones con el
Régimen General.
El
colectivo de inmigrantes no se incorpora exclusivamente a un mercado laboral.
Comparte los problemas económicos, sociales y culturales de la sociedad donde se
integra; es además, un grupo especialmente vulnerable a los mecanismos de
exclusión social porque no participa de muchos de los intercambios, prácticas y
derechos sociales que configuran la integración social, como pueden ser el
acceso a una vivienda, sanidad, formación, educación, etc....
Para
una verdadera integración de los inmigrantes es necesario que se impulsen y
desarrollen medidas que faciliten su inserción laboral y social, no sólo de
ellos, sino también de sus familias. Pero la realidad es que, el simple hecho de
entrar y permanecer en España, ya se
convierte en una dura tarea.
La
recientemente aprobada ley orgánica 8/2000 de reforma de la ley orgánica 4/2000
sobre Derechos y libertades de los
extranjeros en España y su
integración social, establece entre los requisitos para la entrada en
territorio español, la obligatoriedad de presentar los documentos, que deberán
ser determinados reglamentariamente, y que justifiquen el objeto y las
condiciones de estancia en todos
los supuestos de entrada.
En
la práctica, y aun dependiendo del desarrollo reglamentario, serán los
funcionarios de control de la frontera los que examinen estos documentos y
decidan en último termino si e inmigrante ingresa o no en el país.
Esta
intervención queda reflejada en los testimonios de las mujeres del Grupo de Santander, todas procedentes de Ecuador, cuando
hablan de la “suerte” que tuvieron al
entrar:
§
“Mira a mi pasó algo, verás cuando yo
llegué al aeropuerto de Barajas, yo creo que lo mío fue suerte porque yo no
tengo una suerte bárbara, oséa malísima, pero aquí, desde que vine aquí estoy
bien, gracias a dios estoy con unas amigas, hermana de Sadia....son excelentes
personas, no de verdad, son excelentes personas y gracias a dios tengo donde
estar y todo eso, entonces verás yo justo cuando estaba con la policía en la
cabina, cuando estaban revisándome los documentos y que vengo a hacer y donde
voy y tantas cosas, y.....me hizo muchas preguntas pero gracias a dios pasé,
pero justo cuando ya estaba se presenta un policía ya un poco mayor, sale de la
cabina y le dice”oye, no mucha gente” y .....entonces justo cuando yo ya paso,
cuando pasé dijo “oye, no dejes pasar a mucha gente “ entonces .....”
§
“Es el factor suerte”
§
“Es el factor suerte, si el policía está
de buen humor le deja pasar, y con los hijos igual, el policía sabe que está su
madre aquí, pero si no le da la gana dejar pasarle para que vea a su madre ....,
la carta dice bien, pero si a ellos no les da la gana dejarle pasar....”
Por
otra parte, el artículo 25 de la Ley, remite a una normativa específica de
concesión y expedición de visados, separando así esta regulación del
procedimiento administrativo ordinario. Este mismo artículo sólo contempla la
obligatoriedad de motivar las denegaciones de visado para trabajo por cuenta
ajena y reagrupación familiar.
Hemos
visto las dificultades a las que debe hacer frente la mujer inmigrante cuando
decide venir a trabajar a España, pero una vez aquí, todavía se encuentra con
multitud de obstáculos que afectan a su acceso a una vivienda digna,
participación en los derechos sociales, la reagrupación de su familia,
etc...Estos aspectos configuran parte del proceso de integración social.
Respecto
a la reagrupación familiar, uno de los problemas con los que se enfrentan las
mujeres inmigrantes que han sido reagrupadas por su cónyuge es la dependencia de
este en cuanto a su situación administrativa.
La Ley
Orgánica 8/2000 señala que en cuanto se rompa el vínculo matrimonial que dio
lugar a la adquisición de la residencia por parte, en este caso, de la mujer,
deberá acreditarse un periodo previo de convivencia que será determinado
reglamentariamente.
Este
precepto tiene una intención evidente; la de evitar la utilización del
matrimonio para acceder a un permiso de trabajo y residencia. Sin embargo, este
requisito obvia, por una parte la posible existencia de un periodo previo de
convivencia en el país de origen, y por otro puede ser un elemento disuasorio
para mujeres que deseen romper el vínculo matrimonial por temor a quedarse en
situación irregular.
La
integración socio cultural, no es sólo la inserción de la mujer inmigrante en el
tejido productivo del país, estamos hablando de una verdadera integración, y
esta no se puede producir si no se da la oportunidad de lograr un entorno en el
cual se sientan ciudadanos de pleno derecho.
La
mujer se siente responsable de la cohesión del grupo doméstico y con el deber de
proteger la identidad cultural a la vez que desarrolla estrategias adaptativas,
necesitando como elemento de
estabilidad a la familia.
No se
puede esperar una integración real y completa si no se da la oportunidad de
lograr una convivencia normalizada, y esta pasa por el derecho de hombres y
mujeres a vivir en familia, derecho que no puede ser obstaculizado por
cuestiones burocráticas.
Una
de las principales quejas de las mujeres inmigrantes se refiere a esos
“problemas administrativos” a la hora de intentar traer a sus hijos al país de
acogida. Están sujetas a la valoración que hacen de las solicitudes de visado
los Cónsules y a la dilatación excesiva de la tramitación.
La
gran mayoría de las mujeres han expresado sus quejas al respecto, sirva como
ejemplo el testimonio de estas mujeres marroquíes, del Grupo de Málaga:
§
“Mi niño tiene ya 20 años, el único que
tengo, y ya hace 18 años que estoy fuera, primero en Arabia Saudita, luego en
Jordania, luego aquí, en España, y nunca he podido estar con mi hijo y ahora que
estoy mayor y quiero estar con él, nada ¿qué pasa? Y yo estoy trabajando con una
gente muy buena y a mi la señora me vio llorando y me preguntó que me pasaba y
yo le dije que era por el problema de mi hijo y la señora que también tiene un
hijo me dijo que me hacía un contrato
para mi hijo, y yo tengo que entregar todo al abogado, y él me dijo vete
a Marruecos y de allí al Consulado de España y llego al Consulado de España y la
gente está allí esperando ...y llamas por teléfono y te dejan esperando y te
cuelgan el teléfono ¿qué te parece?, ¿esto está bien?”
§
“Aquí esta la cosa de los papeles más
peor que en toda la zona, más peor, en Huelva no pasa como aquí”
§
“La gente de otros sitios trae a su
familia yo llevo esperando más de un año sólo para el cambio de una residencia,
llevo 9 años aquí y estoy esperando para una permanente, y 9 años que llevo
aquí.....”
El
problema de Málaga respecto al tema de reagrupación familiar está mucho más
acentuado que en otras provincias, de hecho muchas mujeres nos comentaban que
han intentado tramitar la solicitud desde otras ciudades porque desde Málaga
resulta prácticamente imposible.
Esta
provincia ha visto triplicado el número de inmigrantes en los últimos años,
mientras que los funcionarios siguen siendo los mismos, por lo que se ha
producido un colapso en la administración paralizando o demorando cualquier tipo
de tramitación
Esto
pone de relieve la descoordinación que existe en ocasiones entre las distintas
administraciones que intervienen en la tramitación de un permiso. Por otra parte
la carencia de recursos materiales y humanos en determinadas oficinas que
provocan una indeseada prolongación de la tramitación
En
cuanto a las mujeres entrevistadas en Santander, en su totalidad han sido
mujeres que proceden de Ecuador, dado que son mujeres con un alto nivel
formativo y que contaban en su país de origen, hasta el momento de la crisis
económica, con una posición muy desahogada, muchas de ellas han dejado a sus
hijos con la empleada de hogar de allí.
El
problema, radica en este caso, con el sentimiento de frustración de estar
realizando tareas en el Servicio del Hogar y cuidando aquí a los hijos de la
familia, mientras sus propios hijos deben estar en el país de origen a cargo de
una empleada doméstica. Este es el testimonio de una de ellas, perteneciente al
Grupo de Santander:
§
“Y tus hijos ¿están aquí o allí?”
§
“Están allí, el día sábado llamaron y
....”
§
“¿Y con quien los dejaste?”
§
“¡Ay! esa es otra, con la empleada
doméstica que teníamos allá, si... quería quedarse con la casa, teníamos una
residencia de estudiantes aparte del otro negocio que teníamos, le dejé con la
residencia de estudiantes para que cobrara el dinero y le dejé a los niños, pues acabó con todo y mi hermana tuvo
que ir volando a nuestra casa porque se llevaba la casa entera”
Aunque
la mayoría de las mujeres latinoamericanas de estas características concebían
este empleo como un trampolín de entrada y algo provisional pensando trabajar en
el futuro en ocupaciones de mayor estatus, no pueden por menos que sentir que su
situación social ha descendido claramente y este hecho se ve acentuado por la
imposibilidad de hacerse cargo de sus hijos, debiendo permanecer en el país de
origen.
Otro
de los factores que dificultan esa integración social es el
acceso a la vivienda. La situación de irregularidad, la poca
disponibilidad de recursos económicos, el alto precio de las viviendas, el
rechazo de muchos propietarios desde presupuestos xenófobos e incluso, como
ahora veremos, el abuso de estos mismos propietarios conducen a muchos
inmigrantes a no tener más opción de alojamiento que distintas formas de
infravivienda.
Ya
hemos visto como las empleadas internas, aunque se enfrentan a otra serie de
problemas, el alojamiento lo tiene resuelto, pero en el caso “las externas” o de
las mujeres empleada en el sector de hostelería deben, con el salario que
caracteriza a estos sectores y con el resto de problemas añadidos por su
condición de inmigrantes, encontrar una vivienda.
Al
igual que en el caso de la tramitación de expedientes, Málaga al enfrentase a un
mayor flujo de inmigrantes en los últimos años, ha visto como se duplicaba o
triplicaba la demanda de vivienda, convirtiéndose en uno de los problemas más
graves.
La
mayor necesidad de vivienda, junto con el tema económico (por la necesidad de
ahorro para mandar divisas al país de origen) provoca que estas mujeres no
tengan la solvencia económica para hacer frente a los gastos de un alquiler
medio o servir ellas mismas como aval en el contrato. El resultado es que no
tienen otra opción que recurrir a la zona del centro histórico de Málaga, donde
los pisos se encuentran muy degradados, tal como reflejan los comentarios de las
mujeres con las que se realizó el grupo de discusión:
§
“claro esa zona del centro pueden estar
entre 20.000 o 25.000, pero es que
están en un estado de absoluta ruina, los suelos levantados, las tuberías que
echan agua por el techo, el hipotecario que te dice que te alquila el piso con
el agua incluida y el primer mes te lo pasa pero el segundo ya se quiere
aprovechar y luego que es lo que pasa, que está la picaresca, al más mínimo
problema que existe, encime les amenaza
con que no les va a cobrar el mes siguiente, para tenerlas todas con el y
poderles echar de las casas”
§
Todas
tenemos problemas con la vivienda, ahora mismo, yo me encontré la casa sin
muebles y sin nada, y es una habitación y el salón chiquito, un pasillo y la
cocina, y en el pasillo está la cocina y gracias a la gente que me ayuda y que
me da muebles y ahora me cae el cuarto de baño, lo arregla el hombre que le echa
un poco de cemento, nada más, y yo le digo por favor puedes poner un poco de
moqueta, del pasillo a la puerta, hasta el cuarto de baño, porque cuando friego
se pone todo negro, y dice no, no, no, que eso vale 20.000,y yo ¿cómo que vale
20.000? tu has visto mi casa, como
es de chiquita, y dice yo no lo voy a arreglar, y está la casa que todo se cae y
llego cansada y tengo que ponerme arreglar todo
§
“El problema que tenemos nosotras es el
problema de la vivienda, yo sólo para buscar un piso de alquiler he tardado seis
meses , te miran si eres extranjera, si tienes esto, unos problemas...”
§
“Mi casa está el suelo levantado, el
cuarto de baño dentro de la cocina”
§
“Yo el otro día dejo mi casa y no hay
nada y cuando llego no puedo entrar porque llegaba el agua hasta la puerta,
entraba hasta el salón, y está el techo de arriba que se va a caer y el mío, el
cuarto de baño mío también”
§
“Para solicitar viviendas de segunda
ocupación, viviendas sociales tienen que tener ya un año de empadronamiento en
Málaga y muchas no lo cumplen
porque desde que llegan, se tienen que empadronar y les piden como requisito que
tiene que tener los papeles para solicitar la vivienda”
§
“Y así aunque lleves muchos años en
España, si no llevas un año en Málaga, nada , no te dan la vivienda”
§
“Y tampoco está tan fácil lo del
empadronamiento, ahora está la cosa más saneada por lo de la nueva ley que
entraba y que iban a tener
asistencia social como los españoles, pero hasta hace un año los que estaban en
situación irregular no querían empadronarse porque tenían miedo y eso era otro
hándicap que ....”
§
“Eso si sigue pasando”
Además
de los problemas de absoluta ruina en los que se encuentran los pisos, y del
comportamiento, en ocasiones, xenófobo de los propietarios, se tienen que
enfrentar también con la picaresca que ha surgido de este problema. Se han
abierto oficinas de “ayuda de búsqueda de pisos en alquiler” que han resultado
ser un auténtico fraude.
Este
es el testimonio de una trabajadora del Punto de Red Jurídica de Málaga y
encargada de asesorar y prestar información a los inmigrantes y que conoce el
problema de manera muy cercana:
§
“Se abrió una oficina de información de
alquileres, ellos te buscaban en el periódico, y al final te decían; bueno, se
le informa a la persona que tiene que firmar un contrato por el importe de
18.000 y nosotros nos comprometemos durante 6 meses a buscarle una vivienda, y
claro la primera vez picas, evidentemente, y luego ya se vio, que le sacan las
18.000 pesetas al inmigrante, les tienen esperando los 6 meses y luego ni
siquiera se dignan a acompañarles, les dan como mucho una serie de direcciones y
se tiene que enfrentar ellos con la cruda realidad de ir allí, de hablar con el
porterito, así que las pocas viviendas que había, que podían acceder ellos, más
o menos...., que las podían pagar, es una cosa que desaparece por completo, con
lo cual es imposible buscarles una vivienda, luego acaba derivándose a la
Federación de Destino que tiene un programa de ayuda de alquiler, que está
totalmente colapsado, que las listas de espera son interminables”
Otro
de los problemas con los que se enfrentan y parece ser una práctica habitual son
las prácticas abusivas por parte de los propietarios de las viviendas en
alquiler.
Estos
no suelen especificar las condiciones en los contratos de alquiler, por lo que
ante la más mínima incidencia o cuando, por la razón que sea, ya no les interesa
seguir alquilando la vivienda al inmigrante, recurre a la amenaza de no cobrarle
el alquiler con la consiguiente expulsión de la vivienda por impago.
Esta
situación está creando un sentimiento de inestabilidad entre los inmigrantes que
se ven “con todas las de perder” y que además, normalmente por miedo, no quieren
tener ningún contacto con la justicia española, sentimiento que queda reflejado
en los comentarios de las mujeres marroquíes entrevistadas en Málaga:
§
“Lo que pasa que con el tema de la
vivienda hay una mafia increíble”
§
“A mi me dice... y ahora tienes que pagar el
agua, y si no vas a pagar agua este mes no
te voy a cobrar y te voy a llevar a la justicia y a mi el primer día me
dijo 23.000 con agua, y además yo que estoy como interna y que sólo vengo a la
casa los fines de semana y ahora me dice que si no pago el agua....y yo digo que
si no quiere alquilar que no lo haga...”
§
“Pero si tiene el contrato donde pone que
el precio son 23.000 pesetas con los gastos de agua incluidos y ya está”
§
“Si, pero en el contrato no pone el
gasto, nada más que decía así, que decía así, 23.000, porque si yo se que tengo
que pagar los gastos del agua, de la luz, no la cojo porque para mi es mucho, la
casa no vale eso, tengo que pintarla yo, tengo que arreglarla yo, todo, y me
dijo, vale, 23 con agua, si yo además no gasto mucho que estoy como
interna”
§
“Son casa muy antiguas y los
propietarios, la verdad, la mayoría de ellos ante la más mínima incidencia que
ocurre les amenazan con no cobrarles el alquiler, entonces por impago les llevan
a los juzgados, y las de perder siempre las tienen ellos”
§
“Si, a mi si no me quieren cobrar yo voy
al sitio donde me cobran el dinero y digo por favor, alguien que salga por mi y
que mire la casa como está primero , me cae el cuarto de baño de arriba, me cae
el cuarto de baño mío y no me quiere arreglar la cosa bien este hombre y nada
más que quiere el dinero, y yo vengo sólo los fines de semana, ¿qué agua voy a
gastar yo? que el resto la casa está cerrada, y yo tengo testigos”
§
“Es que también los contratos que hacen,
no se especifican las condiciones del contrato, las cantidades, ponen cantidades
que luego no se corresponden con lo efectivo, te dicen a lo mejor que te pasan
el recibo al mes y hasta los cinco meses no te lo pasan, no hay realmente una
especificación”
§
“A mi si me dice que en el contrato viene
el agua , yo llamo a la persona y le digo, mira yo mañana voy al Ayuntamiento a
declarar y ese hombre que venga a arreglar esto, porque eso no puede ser, que no
puede ser, porque un día se me cae el techo a la cabeza, yo no se...si y me dice
si no pagas el agua voy a llamar a mi abogad...”
Esta
situación, más o menos agravada dependiendo del flujo de inmigrantes en cada
provincia, es en la que se encuentran los inmigrantes que residen en el ámbito
urbano, pero en el medio rural, las condiciones de vivienda pueden ser más
precarias si cabe.
En las
zonas de explotación agrícola, con una alta presencia de inmigrantes, viven en
construcciones rurales inhabitables, sin luz, agua u otros servicios básicos. En
ocasiones se trata de construcciones que no fueron levantadas en su día para
residencias, sino que están relacionadas con faenas agrícolas y ganaderas, como
pueden ser almacenes, cobertizos, etc, que o bien ocupan los inmigrantes cuando
están abandonadas o son a veces los propios empleadores los que las alquilan a
precios abusivos o descuentan el alquiler del escaso sueldo.
Las
situaciones de exclusión social que derivan de unas precarias condiciones
laborales implican como hemos visto hasta ahora dificultades en la reagrupación
familiar, en la consecución de una vivienda digna y todo lo que suponen una
participación en los derechos sociales, incluido también el acceso a educación y
formación.
Las
trabajadoras inmigrantes se insertan laboralmente en sectores dentro de un
mercado secundario, como ya hemos visto, caracterizados por la inestabilidad y
unas condiciones salariales, de prestaciones, etc que pueden desencadenar en
ultimo término el proceso de exclusión social.
Esta
exclusión implica, debido a su propia dinámica, la dificultad y a veces
imposibilidad de acceder a una formación que se adecue a sus conocimientos y
necesidades.
Por un
lado nos encontramos con mujeres que, debido a su escasa formación no ven más
salida que en los sectores anteriormente señalados, sobre todo el colectivo de
mujeres magrebíes, que por sus peculiaridades culturales, no han tenido acceso a
una educación reglada.
Por
otro lado, el colectivo de mujeres latinoamericanas presentan un alto nivel de
estudios, la mayoría de ellas, como ya se ha comentado, tienen el bachillerato
completado y una gran numéro son licenciadas.
El
problema es que estas, al igual que las mujeres magrebíes con un nivel de
estudios mucho más bajo, acaban insertadas en el mismo modelo de empleo en
precario, ya que es la única salida laboral que pueden encontrar en España.
El
cuestión radica, tanto en el caso de las que poseen una mayor cualificación como
en el de aquellas que no la tienen, en que una vez insertadas en estos sectores,
ya no les resulta posible acceder a una formación por la propia dinámica que
caracteriza esa inserción laboral.
Ya sea
por su situación de irregularidad, por las exigencias de nuestra propia
legislación o por las condiciones laborales, tanto en el caso del servicio
doméstico, como en el de hostelería ( horarios, jornadas interminables, etc..),.
hacen prácticamente imposible la asistencia de las mujeres inmigrantes a cursos
de formación.
En el
caso de las trabajadoras insertadas en el sector agrícola, como ocurre en
Extremadura (Navalmoral de la Mata), las características son diferentes, primero
porque el principal colectivo es el marroquí, con un nivel formativo como ya
hemos comentado muy bajo, y segundo porque están sujetas a un número de jornales
para conseguir el subsidio agrario, por lo que cuentan con varios meses de
desempleo al año. Estas mujeres se quejan, al contrario de las empleadas en el
Servicio doméstico, de estas largas jornadas de desempleo, en las que a pesar de
poder disfrutar de tiempo libre no encuentran una ocupación en el que
invertirlo:
§
“Hombre claro, si, a mi hacer cursos me
interesa ¿y que hago todo el día en casa?, comiendo pan con huevo, comer y
echarme la siesta, no se puede hacer otra cosa”
§
“Yo estoy esperando que se haga otro
curso y voy a hacer eso y si no
...no se que voy a hacer, la verdad, porque no hay trabajo, yo no digo...,
cualquier trabajo, si se trabaja..., yo no voy a esperar a que llegue el tabaco,
el pimiento, el espárrago......”
En
el caso de este colectivo los cursos se han dirigido, en primer lugar, a la
alfabetización , pero se han detectado nuevas necesidades a cuya satisfacción se
están dirigiendo los proyectos; como son los de educación y seguridad vial para
sacar el carné de conducir.
España
mantiene convenios bilaterales con la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá,
Suiza, etc... en lo que respecta al carné de conducir, pero no con países como
el reino de Marruecos, por lo que muchos trabajadores inmigrantes, a pesar de
tener el carné de su país de origen, no les está permitido conducir en nuestro
país,
En
Navalmoral de la Mata, las mujeres nos expresaban su interés y deseo de acceder
a los cursos, aunque muchas de ellas no saben leer ni escribir están asistiendo
a los cursos de seguridad vial para lograr aprobar el carné el conducir.
§
“Si, yo estoy ahí, para sacar el carné de conducir”
§
“¿Estás con nosotros, con el carné de
conducir?”
§
“Si”
§
“¿Y no sabes leer y escribir?”
§
“No”
§
“Y me enseñan a leer a aprender a
escribir y cosas de esas y digo como me voy a apuntar a aquí a algún sitio, a lo
mejor no puede ser ¿no?”
§
“ Mira el saber no ocupa lugar, y tú a lo
que más puedas “
§
“Si, si a mi me interesa, porque me estoy
sacando el carné y si me dicen no sabes leer y yo creo que no lo voy a pasar, no
puedo...”
§
“Si, si porque yo tengo mi carné de
Marruecos de 8 años y llevo mi
coche y todo, claro porque necesito el carné de aquí”
§
“La verdad es que si, yo no se leer ni
escribir, yo no se si puedo pasar o no, porque a los gitanos les pasa también,
los gitanos no saben leer ni escribir,
yo conozco gitanos que no saben ni coger el bolígrafo, ni por esa mano ni
por la otra y tienen el carné de aquí, y ...¿cómo se lo sacan?”
§
“ Pues les han pasado un test igual que
el que te van a pasar a ti y tienen también una prueba especial como la vas a
hacer tú para la gente que no sabe leer ni escribir porque los exámenes no son como los exámenes que estamos
haciendo nosotros, oséa nosotros tenemos un tipo de examen donde a nosotros si
que nos exigen lectura y escritura, pero el vuestro es a través de video, pero
claro para poder acceder incluso a este primero tienes que pasar una entrevista personal donde
tú demuestres que algo..., que por
lo menos tienes un conocimiento aunque sea mínimo, porque si el conocimiento lo
tienes igual que yo, no te permiten hacer el examen que vas a hacer ahora, sino
que tienes que hacer uno igual que el mío”
§
“El estar apuntado al curso es que es
requisito principal, no es que tú te saques el carné de conducir aquí sino que
tienes que tener el carné de conducir, pero como el gobierno de España no tiene
convenio bilateral con el reino de Marruecos pues entonces es por lo que estamos
haciéndolo, pero primer requisito, poseer el carné de conducir del país de
origen, por eso ella si puede”
§
“¿Y si no lo tienes no puedes sacártelo,
no puedes entrar?”
§
“Si”
§
“¿Si no lo tienes?”
§
“Pero que a mi como yo no pude sacármelo
en la otra autoescuela, que es particular, de la Junta de Extremadura, pues
yo a mi no me acuerdo que Tinín me
llamo un día, que vine yo a verlo y no me acogían por eso, por eso yo le
pregunto, porque mi chica se lo quería sacar y le dije yo, pues espérate a ver
si eso, como no está trabajando.... a ver si sacas... de los que van a San
Antonio y a ver si puedes tú entrar y te lo sacas, por eso ahora te hago la
pregunta de si no se lo pueden sacar si no tienen carné”
§
“Yo tengo miedo, porque si voy ahí y no
lo voy a pasar”
§
“Pues tú vete con el si por delante “
§
“Me voy a quedar sin carné...”
§
“ No, tú piensa que lo vas a
sacar...”
§
“No, si yo en la escuela estoy bien,
aprendo muy bien la cinta, me queda en la cabeza, ¿me entiendes?, me queda muy
bien”
§
“El problema es la entrevista “
§
“En la entrevista es donde tengo
problema, y porque no he aprovechado bien, porque hace 5 años que entraba una
mujer mayorcita, ahí al colegio, aprendimos a leer y a escribir y ya luego me
cabreo y digo y como voy a ir yo que estoy vieja ya y la mujer que estaba
conmigo ahora ya sabe escribir y leer y todo y ya cada una, hay algunas que
tienen 70 años y dices mira tonta que bien estarías, porque me borro rápido no
se porqué “
§
“¿Tú sabes escribir y leer?”
§
“Yo no, yo nada ni escribir ni leer ni
nada, porque mi padre es del campo y no me han enseñado, que le vamos a hacer,
la vida es así”
§
“ Pero tienes oportunidad, lo que tienes
que hacer es no desanimarte”
§
“Si, porque hay cosas que pienso que a lo
mejor no me entran ya “
§
“¿Por qué no? Date tiempo y poquito a
poco”
§
“Para aprender a lo mejor necesito mínimo
casi un año, y ahora de aquí a 3 meses me van a mandar las cosas esas, me
pongo...¿cómo voy a aprender rápido?”
§
“Que si se aprende rápido”
§
“¿Rápido voy a aprender?”
§
“Si, si, si, o a lo mejor si no rápido
pues más despacito”
§
“Si, si, si yo se lo he dicho al de la
escuela, mira si yo a lo mejor voy a aprender, pero a lo mejor vas a tardar un
poquito más, y él dice, bueno y a lo mejor de aquí a un mes o dos dice te he
llamado ya a casa para pasar la entrevista, y eso...”
§
“Pero tú no te preocupes porque cuando él
te pregunte tú le entiendes la pregunta, con lo cual vas a poder responderle, el problema
está en que no entiendas lo que te esté diciendo”
§
“No, no, yo entiendo la pregunta, porque
ahora mismo, por eso digo las cintas, yo llevo ya casi un mes y a mi me entra
casi todo, las preguntas, porque yo se como se llaman las carreteras y como se
llaman las calles y como están
esos, y hay muchachos que no, mira esa muchacha está conmigo y hay veces que
dice que está muy difícil, muy difícil, que ya llevo casi, que todos los días mi
hoja la llevo casi limpia......”
Por
el contrario, las mujeres latinoamericanas, en concreto las procedentes de
Ecuador con las que hemos realizado el grupo de discusión en Santander, más que
cursos de formación, centran su demanda en la necesidad de un programa de
convalidaciones para que se les reconozca los estudios realizados en el país de
origen. Estos son sus comentarios al respecto:
§
“Miren, estar aquí es una experiencia,
porque yo había oído que la mayoría de los ecuatorianos que venimos aquí, ¿quién
no tiene un título universitario?, ¿quién no tiene ....? tiene por lo menos un
bachillerato, toda la gente que viene de Ecuador tiene por lo menos el
bachillerato”
§
“Si, toda, por lo menos el
bachillerato”
§
“Ninguna profesión te sirve aquí para
nada”
§
“Ninguna, sólo estamos para empleadas de
hogar”
§
“Si, Aquí no nos abren las puertas, no
nos convalidan los estudios”
§
“Ahora..., lo que si es leyes, medicina,
administración de empresas, eso si tienen porque es casi relativo, es parecido,
en cambio secretariado y esas cosas, turismo, maestro y esas cosas no”
§
“Si, pero eso has estudiado lo mismo, hay
otros módulos, otras especialidades de estudios, entonces no se puede y al final
tienes que empezar de cero”
§
“El nivel de estudios de aquí es muy
alto, comparado con el de allá, allá hombre es muy bueno, nos dan lo básico, si
nos defendemos en lo básico, pero aquí el nivel es muy alto”
§
“En educación básica primaria, para mí,
nuestro país tiene mejor nivel”
§
“No, porque yo te digo que con mi
sobrinos tuvieron que retrasarlos un año cuando vinieron para acá, ellos han
venido de allá de un buen colegio, y yo estuve en una buena universidad y
entonces lo que te digo...., pero ellos ven que sus estudios en el país, allá en
Sudamérica... porque aquí hubo un convenio, entonces más o menos se guían por
ello y ven lo que llevamos nosotros de estudios y ven que a veces no se reúnen
los requisitos y mi sobrina y mi sobrino tuvieron que dejar segundo y hacer
primero, para no dificultarles más a ellos”
§
“Yo no se como estará la educación en
Quito, porque yo allí no se, pero el nivel en general es muy alto en
educación”
§
“Y en Quito es muy bueno”
§
“Yo me estoy preparando para la
selectividad y a mi me está siendo muy duro, muy duro, mi colegio en Esmeralda
es muy reconocido, pero a mi me
está siendo muy duro, porque lo que allá están dando en la Universidad aquí lo están viendo en el colegio, en todo
están más adelantados, aquí el nivel está muy avanzado, en todo van más
adelantados, van demasiado, a mi me ha costado bastante, yo no pude presentarse
en Junio porque no me alcanzaba para ver tanta materia, recién lo que aquí dan,
por ejemplo lo que allí se llama, cuarto, quinto y sexto aquí lo dan, no se...
en segundo de ESO o algo así, y uno en COU ya está avanzado y uno tiene que
empezar a prepararse desde cero y eso es muy difícil, uno tienen que poner mucho
de su parte”
Como
hemos visto, independientemente de que sean marroquíes o ecuatorianas, tengan un
alto o un bajo nivel de estudios, son mujeres que acaban insertándose de forma
homogénea en unos sectores de mercado caracterizado por la inestabilidad, las
malas condiciones, la desregularización de la actividad y las nulas
posibilidades promoción laboral.
Una
vez dentro de esa dinámica y por lo que se deriva de esas condiciones,
dificultad de asistencia a cursos, de acceder a una vivienda digna, etc acaba
provocando en la mujer inmigrante un grado de exclusión del que difícilmente ven
la posibilidad de salir.
Ante
esta situación, cada mujer desarrolla una estrategia que le facilite la
convivencia en la sociedad de acogida, ya puede ser, como en el caso de la
población magrebí, el refugio en su identidad religiosa y cultural o como otros
colectivos, la inserción en redes de solidaridad entre compatriotas,
reproduciendo así las relaciones de parentesco y género del país de origen.
Las
mujeres ecuatorianas, por ejemplo, se reúnen periódicamente para reforzarse y
apoyarse ante el proyecto migratorio.
§
“Si, nosotros por ejemplo nos reunimos
allí todos los domingos, y se pasa allí y conoces mucha gente ecuatoriana,
podemos reunirnos y tenemos un grupo y acudimos todos los domingos allí y
hacemos una oración a Dios, porque te digo sinceramente que estar acá es duro,
aquí necesitas tener mucha fuerza, mucha fuerza, carácter y voluntad, a lo más
cuando algunos teníamos un estatus social allá, y venir acá, como si vienes...,
pues estamos bien fregados, bien fregados y hay otra cosa, por ejemplo, tu sabes
que cuando la gente va para allá te merece más sincera, tu sabes que estás en
España, lindísimo, que bueno, ¿y en que trabajabas? En esto, en lo otro, pero
nunca te vienen a decir en que trabajaban, porque si yo hubiera sabido de lo que
iba a venir a trabajar, yo no vengo a trabajar, igual que ella, ella vino
engañada, vino a conducir un auto”
Mientras,
las mujeres marroquíes, se refuerzan de la misma manera en su identidad
cultural, como demuestra por ejemplo, la práctica del Ramadán, aunque se quejan
de que en España encuentran serias dificultades a la hora de realizarlo, y sobre
todo manifiestan su preocupación en el mantenimiento de sus tradiciones, por el
mayor contacto de las nuevas generaciones con el país de acogida.
§
“Claro, aquí es difícil hacer el Ramadán,
los españoles y la gente comen, y tienen coche y tienen casa y nosotros no
tenemos nada, y los niños me dicen,
pues yo tampoco lo voy a hacer ....y no lo quieren hacer, y la mitad no
lo quieren, yo tengo al hijo de mi hermana que vive en Madrid y no lo quiere ninguno, y están en Madrid
y yo hablo con ellos muchas veces y me enfado con ellos y me dicen que no y mi
cuñado me dice: eres tonta, y yo le digo: ¿por qué soy tonta? yo he venido aquí
con 40 años, dice claro, vengo con 40 años y tengo una casa muy chiquinina y a
lo mejor si le quiero comprar unos pantalones no le puedo comprar a otro y estoy
sufriendo aquí como ...con esa palabra que dice él y los españoles que viven de
bien, que viven bien y no hacen ramadán
y mira como están, y le digo, tío que te va a castigar Dios y dice: deja
a Dios que me castigue a mi, hasta los muchachos, que tiene ahora cinco hijos y
no hace ninguno ramadán, y no los puede obligar, eso es cosa de ellos, el que
quiere hacer lo hace y si no”
§
“¿ tienen mucha dificultad, los niños,
por ejemplo en el colegio?”
§
“No, porque los niños que hacen ramadán
tienen ya más de 14 años para arriba, no de chicos, de 14 años, cuando ya las
muchachas llega ya a una mujer, y los muchachos igual, sino no lo puedes hacer,
pero yo misma que llevo tantos años aquí y yo lo hago igual”
§
“Mis niños no han tenido problemas
ninguno, ni con el profesor, pues toda la gente les quiere, que están muy
bien...y no se, ninguno, aunque, claro luego en cuanto sabes que llega el
ramadán, es el mes de ramadán y que el niño, que lo tiene que hacer igual...y
hombre los niños de aquí...”
§
“¿y que tal lo llevan?”
§
“La mitad no, la mitad no, porque dicen
porque los de aquí no lo hacen,
estos tienen mucho dinero y nosotros que lo hacemos somos pobres, que no
quieren...”
§
“Claro porque no lo ven...”
§
“Pero estamos un mes sin comer, un mes sin comer por
el día....”
§
“Pero se come por la noche, ¿no?”
§
“Por la noche, sólo una comida al
día”
§
“No, una comida al día no, porque en
cuanto llega a las 7 de la tarde puedes comer, hasta las 5 de la mañana tienes
derecho a comer y luego cuando llegan las 5, te lavas la boca y ya no puedes
comer, ni comes, ni fumas, ni bebes agua, ni nada de nada, como dice el otro, ni
nada de nada!, nada de nada, un mes enterito....”
§
“¿y sin beber agua y sin nada?”
§
“Nada de nada, ni agua ni nada, aquí
nosotros lo pasamos mal, se pasa muy mal, porque en mi tierra lo hace toda la
gente, aquí no, aquí ves un bar abierto, ves la gente comiendo, ves a los
hombres fumando y a lo mejor te entra el tabaco hasta dentro, y eso es malo
¿entiendes?...y en mi tierra no, pero nos tenemos que aguantar, que vamos a
hacer, hay que aguantar, la vida es así, y por eso hicimos así, yo misma no lo
puedo hacer, yo llevo 23 años aquí, si fuera otra mujer ya había cambiado y yo
no.”
§
“Vosotras también lo hacéis ...es
fácil.....”
§
“Si es fácil.... porque es costumbre
de...”
§
Claro,
si lo llevan haciendo toda la vida ...
§
“¿Ella también lo hace? (señalando a la
niña)”
§
“No, se hace a partir de los 15 años ,
cuando hace regla”
§
“No sabía yo eso, yo pensaba que se
hacía....”
§
“No, cuando la niña no tiene la regla no,
no lo puede hacer”
§
“¿y el chico?”
§
“El chico pues igual, a los 14...cuando
ya tiene pelitos, ya está hecho un hombre, si se cambia de habla, cuando los
niños ya tienen esa edad se nota, de habla y de todo”
Es
importante destacar el papel de la mujer en los procesos de integración
sociocultural, ya que se posiciona como “puente” entre las dos culturas, así se
siente responsable del mantenimiento de la suya propia a la vez que tiene que
facilitar el proceso de inserción de su familia en la sociedad de acogida.
De
esta manera, tiene que mantener las tradiciones a la vez que debe desarrollar
todo tipo de estrategias adaptativas y mecanismos para asumir lo nuevo sin
romper con lo propio.
Tras
el análisis cualitativo de los grupos de discusión, completamos el estudio con
el análisis de las encuestas distribuidas por las diferentes Comunidades
Autónomas de España.
Gracias
a ellas hemos obtenido una descripción del itinerario migratorio, la vivienda y
las condiciones laborales y de vida de las mujeres inmigrantes que residen en
España.
Existen
discrepancias y coincidencias entre Comunidades Autónomas que ahora pasaremos a
detallar:
Madrid
se sitúa a la cabeza de las ciudades españolas que presentan el mayor porcentaje
de mujeres inmigrantes. Se caracteriza, sobre todo, por una elevada proporción
de mujeres latinoamericanas, siendo las procedentes de Ecuador, Perú y la
República Dominicana las más numerosas.
Las mujeres ecuatorianas, sin embargo, figuran como
el colectivo más numeroso, no sólo en Madrid, sino en casi todas las Regiones
españolas. La profunda crisis que sufre este país ha provocado una migración
masiva y en el último año se constatado un importante aumento de mujeres
ecuatorianas.
Con
edades comprendidas entre los 20 y los 35 años, se presenta como un colectivo
joven, existe una proporción parecida de casadas y solteras y la media de hijos
se sitúa en uno.
Una de
las características de este colectivo es la alta tasa de mujeres con estudios medios y superiores. Esto,
sin embargo, no se refleja, como veremos más adelante en la situación laboral.
La
mayoría de ellas han llegado a Madrid en los últimos dos años, siendo nuestro
país el primer destino en su proyecto migratorio, ninguna de las entrevistadas
había residido en otros países antes de venir a España.
Todas,
excepto una (que se encuentra por estudios), aluden a “motivos económicos” como la principal
razón de la emigración, dado que ésta es un fenómeno relativamente reciente, nos
encontramos con mujeres que han
emigrado solas o con su pareja, pero han dejado a sus hijos en el país de
origen, por lo que cuando se les pregunta por las dificultades de adaptación, la
“separación del resto de la familia”
aparece como el principal problema junto con la “soledad”.
Otras
de las dificultades se encuadran dentro de los motivos de la emigración, por lo que
los”problemas económicos” y el “desempleo “ figuran en un importante
lugar.
La
mayoría de ellas viven una casa alquilada, aunque las recién llegadas todavía se
encuentran alojadas en casa de amigos o conocidos a la espera de encontrar un
alquiler a la altura de sus posibilidades. Otras mujeres residen en el lugar de
trabajo, que es el caso de las que trabajan como empleadas de hogar
internas.
Aunque
la mayoría de ellas tienen un contrato directo con el propietario de la
vivienda, existe un índice bastante elevado de mujeres que no tiene ningún tipo
de contrato de alquiler.
La
media de habitaciones de las que constan las viviendas se sitúa en tres, pero
ante la pregunta del número de personas con las que comparte piso, ya sea con
amigos o con familiares el número asciende aproximadamente entre seis y ocho
personas.
La
queja principal respecto al tema del alojamiento es el excesivo precio de las
viviendas, lo que explica la necesidad de compartir piso entre muchos para
abaratar los costes. El abanico de precios es muy amplio, pero la mayoría de
ellas siguen buscando un alojamiento más adecuado.
En
cuanto al tema de la escolarización, la mayoría de estas mujeres han dejado a
sus hijos en el país de origen, allí están al cuidado de sus abuelos y acuden a
la escuela.
En
esta encuesta no se han detectado problemas en el acceso a los Servicios
Sanitarios, generalmente recurren al centro de salud más proximo y en casos de
necesidad al los Servicios de Urgencias del Hospital.
Respecto
a la situación laboral, la mayoría de ellas se encuentran trabajando sin ningún
tipo de contrato, una minoría tiene un contrato temporal y de todas las
entrevistadas ninguna figuraba con un contrato fijo.
Tal y
como antes comentábamos, a pesar de tener un nivel de estudios bastante elevado,
casi la totalidad de ellas se encuentran como empleadas del hogar y al cuidado
de ancianos.
En
cuanto a las dificultades para encontrar trabajo, más de la mitad afirma
haberlas tenido, principalmente por el tema de “los papeles”, es decir, al no
contar con los permisos de trabajo y residencia se han encontrado con la
negativa de algunos empleadores para contratarlas.
A
pesar de esto, el 75% encontró trabajo antes de seis meses y el resto antes de
un año, la forma habitual fue mediante información facilitada por amigos, aunque
algunos se sirvieron de los anuncios e incluso a través de la iglesia.
El
número de puestos desempeñados hasta el momento de la entrevista, es de uno en
casi la mitad, en todo caso, no aparece ninguna mujer empleada en más de tres
puestos. Esto puede deberse a la reciente presencia del colectivo ecuatoriano en
nuestro país, recordemos que la mayoría llevaba menos de dos año residiendo en
España.
Los
diferentes empleos realizados durante su estancia en nuestro país no se
distinguen al que afirman realizar actualmente: Servicio Doméstico y cuidado de
ancianos. Sólo una mujer había trabajado en el sector de hostelería.
Dado
el sector laboral al que pertenecen y la flexibilidad existente en cuestión de
horarios, nos encontramos con mujeres que
trabajan a tiempo parcial cuatro, cinco o seis horas diarias, y otras
empleadas como internas con una
jornada laboral de hasta quince horas.
Respecto
a la formación para el empleo, sólo una de ellas está siguiendo en la actualidad
un curso, en este caso de informática y en el pasado sólo tres habían realizado
algún curso (Administración de Empresas y Administración Hotelera y
Turismo).
Las
dificultades a la hora de seguir este tipo de cursos son principalmente la falta de tiempo y la incompatibilidad de horarios,
seguido del desconocimiento a la hora de dirigirse a pedir información.
Otra
de las respuestas que han aparecido, y que nosotros no planteábamos en la
encuesta, ha sido la dificultad que encuentran para convalidar cursos realizados
en el país de origen y que aquí no se les reconocen.
A
pesar de que prácticamente todas las mujeres entrevistadas afirman encontrarse
bien o cuanto menos aceptadas en España, la mitad tiene como proyecto migratorio
el retorno a su país dentro de algunos años. Sólo una pequeña proporción espera
quedarse en nuestro país.
Mientras
tanto, el trabajo, la vivienda y conseguir un permiso se sitúan como las
necesidades más imperiosas e inmediatas seguidas de la escolaridad de sus hijos
y su propia formación.
El
segundo colectivo en proporción de mujeres es el peruano, con una media de edad de
aproximadamente 30 años, la totalidad de las entrevistadas son casadas y con dos
o tres hijos. La mayoría ha cursado estudios superiores y trabaja para
terceros.
Al
igual que en el caso de las ecuatorianas, se encuentran en esta comunidad desde
hace uno o dos años y no han residido en otros países antes de venir a
España.
El “motivo económico” figura como el
principal factor de la emigración y únicamente una mujer se encuentra en nuestro
país por “reunificación familiar”. La
separación del resto de la familia
aparece como el principal problema en la adaptación.
La
mayoría vive en una casa alquilada con algunos miembros de la familia y con un
contrato directo con el propietario. Son viviendas pequeñas, pero el número de
personas que viven en ellas es menor que en el caso de los ecuatorianos. Los
alquileres que pagan se sitúan entre 15.000 y 38.000 ptas. y como principal
dificultad a la hora de buscar alojamiento aluden a los excesivos precios de las
viviendas en esta Comunidad.
La
emigración peruana en nuestro país está más asentada que en el caso de las
mujeres ecuatorianas y esto se refleja en la situación laboral, existe una
proporción bastante elevada de trabajadoras con contrato fijo aunque los empleos
siguen encuadrados dentro del trabajo reproductivo, seguimos hablando de
Servicio Doméstico, cuidado de niños y limpiadoras.
Se
valieron principalmente de anuncios para buscar trabajo y lo encontraron en
menos de seis meses, reconocen no haber tenido dificultades en la búsqueda y no
creen que haya influido su condición de mujer.
Las
condiciones laborales de las mujeres peruanas aparecen en este estudio como algo
más reguladas que la de las ecuatorianas, siendo la jornada laboral de ocho
horas con una paga mensual. Ninguna esta realizando o ha realizado un curso de
formación para el empleo, ya sea por falta de tiempo o por incompatibilidad de horarios.
La
mayoría tiene previsto quedarse en España y destaca la vivienda y la escolaridad de los hijos como las
preocupaciones más importantes, corroborando el carácter permanente de esta
migración.
En el
caso de las mujeres dominicanas, las
edades oscilan entre los 20 y los 30 años y el tiempo de residencia en nuestra comunidad se sitúa entre uno y
tres años.
Con
respecto a los motivos de la emigración, la vivienda y las condiciones de vida
nos encontramos con unas respuestas mmuy similares a las de los otros dos
colectivos, pero es importante destacar
la elevada proporción de mujeres desempleadas entre las pertenecientes a
la República Dominicana.
La
mayoría de ellas afirma haber tenido dificultades para encontrar trabajo
aludiendo como principal razón “el conseguir los papeles” pero también aparecen
contestaciones como “no me seleccionan por ser de color”. En este colectivo
existe una mayor movilidad laboral, aunque en trabajos relacionados o bien con
el sector de hostelería o en el Servicio Doméstico.
Entre
las necesidades más imperiosas, como es lógico, aparece en primer lugar “el buscar trabajo” y a pesar de sentirse
en nuestro país bien o aceptadas, en este colectivo el abanico de posibilidades
en lo que respecta al proyecto migratorio se amplía, nos encontramos con una
proporción parecida entre las que quieren quedarse en España, las que quieren
volver dentro de unos años y las que preferirían establecerse en otro
lugar.
Otro
de los colectivos, aunque en menor proporción, presentes en la comunidad de
Madrid es el de las mujeres procedentes de los países del Este, compuesto
principalmente por rusas y polacas.
En
ambos colectivos las mujeres han cursado estudios superiores, pero mientras en
las primeras el motivo de la emigración era el económico entre las segundas
aparecía como razón los estudios, en este caso las dos mujeres entrevistadas
trabajaban colaborando en proyectos de arquitectura. Su proyecto migratorio es
volver a sus países dentro de unos años.
En
Cataluña nos encontramos con dos colectivos predominantes: el marroquí y el
ecuatoriano. El primero es sin duda el más mayoritario, repartido entre
Barcelona, Gerona, Mataró, Terrassa, Garriga, Viladecans y Sant Boidell es una
migración económica aunque también existe una importante presencia de mujeres
reunificadas.
La
mayoría de las mujeres marroquíes
presentan unas edades comprendidas entre los 30 y 45 años, algo más alta que la
de otros colectivos y con una proporción muy importante de mujeres casadas.
Entre las entrevistadas el número de hijos varía desde uno a siete, aunque la
media se sitúa en uno o dos.
A
diferencia de las mujeres procedentes de Latinoamérica, donde el nivel de
estudios, como hemos visto, es bastante elevado, las mujeres marroquíes o bien
se presentan como “sin estudios” o con estudios primarios, son muy pocas las que
han cursado estudios superiores.
En lo
se refiere a la condición profesional, se reparten en parecidas proporciones
entre “amas de casa”, “desempleadas” y “trabajo para terceros”.
Como
motivo principal de la emigración figura en primer lugar “el económico”, pero a diferencia de
otros colectivos “la reunificación
familiar” agrupa a un importante número.
Aunque
la media del tiempo de residencia en esta comunidad es de uno o dos años, en
algunas de ellas asciende hasta diez o catorce. Sin embargo muchas de ellas
afirman seguir teniendo problemas con el idioma, de hecho aparece como la
principal dificultad en la adaptación.
La separación del resto de la familia y los problemas económicos se sitúan en
segundo lugar, mientras que el
trabajo y la vivienda figuran
como su principal preocupación.
Ante
la razón de establecerse en esta comunidad, responden la mayoría de ellas, que
es para estar con sus parientes, reflejo de ese número importante de mujeres
reagrupadas.
La
práctica totalidad de ellas viven con sus parientes, que varían entre uno y seis
en una casa alquilada, de entre dos y cuatro habitaciones y con contrato directo
con el propietario. La mayoría sigue buscando un alojamiento en mejores
condiciones aunque argumentan entre las principales dificultades los altos
precios de las vivienda y el no saber a quien dirigirse para recibir
información. Este colectivo denuncia también la actitud discriminatoria de
muchos propietarios hacia los inmigrantes.
Dada
la edad media de estas mujeres, que ya hemos comentado anteriormente que es más
elevada que la de otros colectivos, sus hijos son más mayores, frecuentan la
escuela y muchos de ellos no necesitan ya quedarse al cuidado de ningún
pariente.
A la
hora de dirigirse a los servicios Sanitarios para recibir asistencia,
muchas acuden directamente a los
Servicios de Urgencia del Hospital, mientras el resto se dirigen al
ambulatorio.
En
cuanto a la situación laboral, se reparten a porcentajes iguales las que no
tienen contrato y las que tienen contrato temporal, sólo una de todas las
mujeres entrevistadas afirma tener un contrato fijo. La totalidad de las
trabajadoras marroquíes están empleadas en el Servicio Doméstico. Afirman haber
tenido dificultades, no sólo por el problema de “papeles”, como argumentan todos
los colectivos, sino también por el idioma y porque “no quieren a
marroquíes”.
Las
principales dificultades que argumentan a la hora de realizar su trabajo es
sobre todo la relación entre las horas trabajadas y el salario recibido, algunas
han comentado la desconfianza demostrada por parte de los empleadores.
Tal
como comentábamos anteriormente es un colectivo con un índice de desempleo
bastante elevado, cuando se les pregunta el tiempo en encontrar trabajo desde su
llegada, la mayoría lo hicieron tras seis meses o un año y prácticamente todas
gracias a la información facilitada por amigos.
Dado
las características del sector, las horas diarias trabajadas varían desde cuatro
a más de diez, aunque existe un número importante que trabaja media jornada.
Los
cursos de formación para el empleo que se realizan en esta Comunidad están muy
enfocados al idioma, por lo que muchas de estas mujeres están recibiendo o han
recibido cursos de castellano o catalán.
Aprender
el idioma,
figura junto con la búsqueda de
empleo, como las necesidades más importantes para este colectivo. A pesar de
ser bastantes las mujeres que afirman sentirse en España “mal” o “rechazadas”,
la mayoría tiene como proyecto migratorio quedarse en España.
El
siguiente colectivo en importancia numérica es el mujeres ecuatorianas, con una media de
edad mucho más joven que el marroquí, prácticamente todas menores de 30 años
presentan también una tasa de desempleo bastante elevada.
Con
una emigración relativamente reciente, todas afirman residir en esta comunidad
desde hace menos de dos años, han venido por motivos económicos y entre las
dificultades de adaptación figura la “desconfianza por parte de los
españoles”, “el futuro incierto”
y “la separación del resto de la
familia”. La mayoría de ellas se encuentran en situación irregular, siendo
esta, junto con el trabajo y la vivienda su preocupación más inmediata.
Residen
principalmente en Badalona, Hospitalet, Vilafranca, Viladecans y Olesa de Mons.
Las razones de establecerse en esta comunidad son el estar con sus parientes y amigos y el haber encontrado trabajo y casa.
La
mayoría de ellas se alojan en pisos alquilados y en muchos casos se encuentran
sin contratos de alquiler. Muchas han renunciado a seguir buscando, ya que como
garantía del pago del alquiler los propietarios les exigen un contrato que no
tienen.
El
trabajo que desarrollan está más diversificado, desde camarera, Servicio
Doméstico, limpieza, empleada en un taller de frutas, etc... Muchas se
encuentran sin contrato, ya que como hemos comentado anteriormente es un
colectivo que presenta un alto índice de mujeres en situación de irregularidad
administrativa.
La
mayoría afirma haber encontrado trabajo en menos de seis meses, gracias a
información facilitada por amigos, por Empresas de Trabajo Temporal y por
Sindicatos. Ninguna ha realizado ningún curso de formación aludiendo, sobre
todo, que “no saben donde
dirigirse”.
Es un
colectivo que dice sentirse en España bien y aceptadas, aunque como proyecto
migratorio la mitad se divide entre quedarse en este país y volver dentro de
unos años a su país de origen.
En
Cataluña existen también otros colectivos, como el peruano o el colombiano, pero
en una proporción mucho menor que el marroquí o el ecuatoriano.
Al
igual que en Cataluña, los colectivos mayoritarios son el marroquí y el
ecuatoriano.
Las mujeres marroquíes entrevistadas en
Extremadura presentan una media de edad comprendida entre los 20 y los 30 años,
a diferencia de las residentes en Cataluña donde la media era más alta. Hay un
porcentaje parecido de casadas y solteras y la mayoría afirma no tener
estudios.
Son
mujeres que residen en esta Comunidad desde entre uno y cuatro años y no han
vivido en ningún otro país antes de venir a España. La mayoría reside en Talayuela,
Navalmoral de la Mata, Santa María de las Lomas y Rosalejo.
Al
igual que las marroquíes entrevistadas en Cataluña, la principal dificultad en
la adaptación ha sido el idioma, que afirman “hablarlo poco”. También aluden a
los problemas económicos y la separación del resto de la familia,
aunque reconocen haberse establecido en esta comunidad para estar con sus
parientes. La totalidad vive con miembros de su familia en una casa alquilada o
propiedad de sus parientes.
En lo
que respecta a la situación laboral, aproximadamente el 75% de las encuestadas
no tienen contrato y se dedican todas ellas a la agricultura. Como dificultad en
el puesto de trabajo responden las referidas a la condición física; es decir, la
necesidad de cargar peso, ya que las tareas principales consisten en la recogida
del espárrago, el tabaco y el pimiento.
No
han tardado mucho tiempo en encontrar trabajo, y lo han hecho a través de
información facilitada por amigos y por sindicatos. Algunas han seguido cursos
de formación para el empleo, principalmente “ocupacional” y de “Formación
previa”. Las que no lo han hecho señalan el desconocimiento del idioma como la
causa principal.
Casi
la totalidad afirma sentirse en España bien y más de la mitad quiere quedarse en
España. Entre las necesidades más inmediatas citan la vivienda y aprender el idioma como las
principales.
El
segundo colectivo, aunque muy por debajo del marroquí, es el ecuatoriano, llevan mucho menos tiempo
en España, todas las entrevistadas residen desde hace menos de un año, muchas
tienen estudios universitarios y trabajan para terceros.
Únicamente
señalan como motivo de la migración el económico. Se encuentran en situación
irregular y lo señalan como su principal problema. A diferencia del colectivo
marroquí, que está más asentado e incluso viven en pisos de su propiedad, las
mujeres ecuatorianas se alojan o bien en casas de amigos o conocidos o en el
lugar de trabajo, que en el caso de las mujeres que hemos entrevistado son
secaderos de tabaco.
Trabajan
en la agricultura, que es prácticamente la única actividad que emplea
inmigrantes y sin contrato. Existe bastante movilidad laboral y pasan de la
compaña del tabaco a la de espárrago o el pimiento. Son jornadas de 10 horas y
les pagan por jornada. Afirman no seguir ningún curso de formación para el
empleo por falta de tiempo.
Su
principal preocupación es conseguir un
permiso y mientras una mitad afirma querer volver a su país dentro de unos
años, la otra mitad afirma querer fijar su residencia definitiva en España.
En
esta comunidad existe un importante número de mujeres ecuatorianas, es con
diferencia, el colectivo más numeroso. El abanico de edades de las mujeres
entrevistadas es muy amplio, va desde los 18 a los 50 años y con una mayoría de
casadas.
Casi
todas tiene estudios universitarios y trabajan para terceros. Su emigración es
reciente, la mayoría lleva en esta comunidad desde hace aproximadamente un año y
han fijado su residencia en Santander.
El
motivo de la emigración es principalmente el económico y señalan “la soledad” y la “separación del resto de la familia”
como las mayores dificultades en la adaptación. “La vivienda” y “vencer la soledad y el aislamiento”
figuran como sus problemas más acuciantes .
La
mayoría se alojan en casa alquiladas con contrato directo con el propietario y
la comparten con otros inmigrantes. A la hora de buscar vivienda, reconocen haber encontrado una
actitud de discriminación hacia los inmigrantes
Su
inserción laboral se ha realizado, casi la totalidad, como Empleadas de Hogar y
el resto en el cuidado de ancianos. Afirman haber encontrado dificultades para
encontrar trabajo, tales como “ser extranjero”, “pagan poco” o simplemente “no
hay trabajo”, sin embargo, todas reconocen haberlo encontrado “enseguida” gracias a la información facilitada por
amigos”.
Todos
lo trabajos desempeñados hasta ahora han sido como empleadas de Hogar y varían
desde cuatro o cinco horas, hasta diez o doce las que se encuentran internas. La
mayoría no tiene contrato, y las que lo tienen es temporal.
Es
importante destacar, el alto porcentaje de mujeres de este colectivo que están o han
realizado cursos para el empleo, estos mayoritariamente son: Inserción al
Empleo, Creación de Empresas, Inserción laboral para la Mujer, Búsqueda de
Empleo, Informática o Internet.
Entre
las necesidades más importantes, aparecen la búsqueda de trabajo y la Formación
como las principales. En España dicen sentirse bien o aceptadas y como proyecto
migratorio se reparten entre quedarse en quedarse en nuestro país y volver a
Ecuador dentro de algunos años.
Las
entrevistas que corresponden a la Comunidad Autónoma de Andalucía se han
realizado a través del Punto de Red Jurídica de Málaga, debido al importante
colectivo de mujeres inmigrantes trabajando en las zonas turísticas de la Costa
del Sol. Los más numerosos son el ecuatoriano y el marroquí y todas las mujeres
entrevistadas habían fijado su residencia en Marbella.
Las mujeres ecuatorianas presentan una
media de edad situada entre los 20 y los 35 años, por lo que nos encontramos
ante un grupo joven, hay una mayoría de casadas y, a diferencia de ecuatorianas
residentes en otras comunidades, existe un alto índice de mujeres sin estudios o
con estudios primarios. Con respecto a los hijos, estos se encuentran en el país
de origen, atendidos por los familiares de allí.
España
figura como el primer país de destino y el tiempo de residencia en esta
Comunidad no asciende a más de dos años. El motivo de la emigraciones en todos
los casos es el económico y, exceptuando un pequeño porcentaje de mujeres
desempleada, el resto trabaja para terceros como empleadas de Hogar.
Una de
las mayores dificultades en la adaptación ha sido a la hora de tramitar la
documentación, de hecho, cuando se les pregunta por sus principales problemas,
las respuestas se dirigen a la situación irregular y la propia tramitación de
los permisos. Las razones de haberse establecido en esta comunidad son “el haber encontrado trabajo” y “para estar con mis parientes y
amigos”.
El
tema de la vivienda en esta Comunidad es un problema serio, existe una gran
escasez de pisos que obliga a los inmigrantes a alquilar viviendas en un
importante estado de degradación. La mayoría, o bien se aloja en casas de amigos
o se encuentran en régimen de alquiler, pero sin ningún tipo de contrato con el
propietario. El resto vive en casa de los empleadores.
Esta
zona, por las características anteriormente comentadas, de afluencia turística y
de residentes extranjeros de clase alta, favorece una mayor demanda en el sector
de hostelería y para mujeres inmigrantes, sobre todo en el Servicio
Doméstico.
Todas
las ecuatorianas entrevistadas trabajan como empleadas de Hogar, muchas se
encuentran internas, con jornadas laborales de 10 y 12 horas. Los puestos que
han desempeñado con anterioridad también estaban relacionados con el sector.
Prácticamente la mitad se encuentran trabajando sin contrato.
La
mayor dificultad a la hora de encontrar trabajo radica en el hecho de no tener
los permisos. Es un colectivo que presenta un alto índice de irregularidad y
esto se convierte en un fuerte obstáculo en la búsqueda de empleo. Sin embargo
ante la pregunta del tiempo tardado en encontrar un puesto de trabajo, responden
la mayoría, que “en seguida” y el
resto “antes de un año”. Ninguna
tardó más de este tiempo y muchas lo hicieron a través de asesoramiento e
información recibida por sindicatos.
Respecto
a la asistencia médica, acuden como norma general al ambulatorio, pero a través
del Documento de Derivación, que es
una tarjeta de asistencia sanitaria para acudir al Centro de Salud
correspondiente gracias a un convenio entre el Gobierno de Andalucía y las
diferentes organizaciones.
Ninguna
de las mujeres ecuatorianas entrevistadas está realizando o ha seguido alguna
vez un curso de formación para el empleo, las razones que argumentan la falta de
tiempo y la incompatibilidad de horarios, recordemos que muchas de ella trabajan
como internas en el Servicio Doméstico.
Casi
la totalidad dice sentirse bien es España y, de hecho, la mayoría tiene en sus
planes quedarse en nuestro país, por el momento sus necesidades más inmediatas
se centran en conseguir un permiso y
encontrar una vivienda.
Las mujeres marroquíes forman también un
importante colectivo en esta zona, con edades comprendidas entre los 20 y los 40
años, las más jóvenes han venido por reagrupación familiar. Es una migración que
se ha intensificado durante los últimos años, casi todas las mujeres a las que
se les ha pasado este cuestionario habían ingresado en esta Comunidad a partir
de 1997.
Este
colectivo manifiesta como su principal problema el trabajo, y la situación de irregularidad o la tramitación de la documentación
parecen estar por detrás en el orden de sus preocupaciones (a diferencia del
colectivo ecuatoriano que lo situaba en primer lugar).
Sin
embargo en lo que se refiere a la situación laboral encontramos muchas
similitudes, la mayoría de ellas se insertan en el Servicio doméstico, y aunque
hay un porcentaje más alto de mujeres con contrato temporal , existe un grupo
que trabajan sin ningún tipo de contrato. Presentan las mismas condiciones
laborales, con largas jornadas de incluso 14 horas. Tampoco han seguido ningún
curso de formación para el empleo, aunque las razones, además de a la falta de tiempo, se le suma el no saber donde dirigirse para conseguir
información
Respecto
a la vivienda hay un grupo bastante elevado que vive en una casa de su
propiedad, pero las que se encuentran en alquiler, lo hacen sin ningún contrato
con el propietario.
Casi
la totalidad dirige su proyecto migratorio a establecerse definitivamente en
España, el trabajo, la vivienda y conseguir un permiso son las necesidades
que les resultan más importantes en este momento.
Hay
otro pequeño colectivo de mujeres procedentes de Bulgaria, llegadas en los dos
últimos años por motivos económicos que trabajan, al igual que las ecuatorianas
o marroquíes, en el Servicio Doméstico.
Los
cuestionarios destinados a esta Comunidad se han pasado en Valencia, donde
existe una población inmigrante bastante heterogénea, formada por mujeres
pertenecientes a Ecuador, Marruecos, Nigeria y un grupo bastante numerosos
procedente de los países del Este (sobre todo Ucrania, Rusia o Polonia).
El colectivo ecuatoriano, al igual que en
otras comunidades lo forman un grupo de mujeres jóvenes, con una emigración de
carácter laboral y relativamente reciente. Entre sus problemas principales
aluden el trabajo y la situación irregular.
Respecto
al tema de la vivienda, comparten con otros inmigrantes, pisos alquilados con un
contrato directo con el propietario, aunque siguen buscando un alojamiento más
adecuado.
Cuando
se les pregunta a quien se dirigen para recibir asistencia médica, muchas de
ellas acuden a Médicos Mundo, es la única Comunidad que hemos encontrado, donde
las mujeres inmigrantes se sirven de una ONG para la asistencia sanitaria.
La
situación laboral de este colectivo no dista mucho de lo que ocurre en otras
Comunidades, como norma general se emplean en el Servicio Doméstico y muchas de
ellas no tienen contrato. El tiempo empleado en encontrar trabajo, ha sido algo
más que en otras zonas donde hemos realizado las entrevistas y se han servido de
Agencias de Empleo y a través de información recibida por monjas.
Su
preocupación inmediata se centra en el trabajo y en conseguir un permiso, pero
en un futuro esperan poder establecerse en su país de origen.
Las mujeres marroquíes entrevistadas,
llevan bastante más tiempo que las ecuatorianas residiendo en esta Comunidad y
con una inserción laboral más diversificada (enseñanza, costurera...).
Se
alojan en una vivienda en propiedad con sus familias y para la asistencia médica
acuden al ambulatorio, todo parece indicar una migración bastante asentada.
Existe
también un colectivo de mujeres procedente de países del Este, fundamentalmente
Ucrania, Polonia y Rusia. Son mujeres que han llegado a esta comunidad durante
los últimos dos años por motivos económicos, y se encuentran empleadas en el
sector servicios y en agricultura, aunque las ucranianas presentan un porcentaje
elevado de desempleo.
Se
alojan en pisos de alquiler con miembros de sus familias y al igual que las
mujeres ecuatorianos se sirven de la ONG Médicos Mundo para la asistencia
sanitaria.
Su
proyecto migratorio se dirige a fijar su residencia permanente en España, y
entre sus necesidades más importantes actualmente figuran buscar trabajo, aprender el idioma y conseguir un permiso.
Las
mujeres que hemos entrevistado en esta Comunidad residen en Zaragoza, y
pertenecen mayoritariamente a Ecuador y Rumanía, aunque hay un número creciente
de senegalesas y Nigerianas.
Las ecuatorianas han llegado, sobre todo en
los últimos meses, se alojan con sus familias y se insertan en su totalidad en
el Servicio Doméstico, aunque la mayoría sin contrato.
Sus
principales problemas son el desempleo y la tramitación de la documentación,
pero también demuestran preocupación por defender sus identidad cultural y
religiosa (ya que en este colectivo hay un número de mujeres que son Testigos de
Jehová). Dicen sentirse bien en nuestro país y proyectan quedarse en
España.
Las mujeres rumanas han llegado, sobre todo
en este año y por motivos económicos, se presentan como un colectivo joven,
preocupadas por el trabajo y la
tramitación de la documentación y con intención de quedarse en España.
Esta
comunidad presenta un índice muy bajo de población inmigrante, al igual que
Aragón, los colectivos más numerosos que hemos detectado han sido el ecuatoriano
y las mujeres procedentes de Ucrania, que forman parte de una emigración muy
reciente.
Tanto
las mujeres ecuatorianas como las ucranianas forman parte de una
migración laboral y presentan muchas similitudes. Exceptuando la dificultad de
las últimas con el idioma, que presentan como uno de los principales problemas
de adaptación, coinciden en destacar la separación de la familia como la mayor
dificultad.
Viven
en casa alquiladas con algunos miembros de sus familias y con otros inmigrantes,
aunque en el caso de las inmigrantes ucranianas, posiblemente debido a su
elevada tasa de mujeres en situación irregular, no existe contrato directo con
el propietario.
La
mayoría gracias a información facilitada por amigos ha encontrado un puesto de
trabajo “en seguida” como empleada en
el servicio Doméstico y aunque dicen sentirse bien en España existe una variedad
de proyectos migratorios, tanto quedarse
en España, como volver pronto al país
de origen, volver dentro de algunos
años o establecerse en otro
lugar.
Castilla
la Mancha, a pesar de su gran extensión presenta un número reducido de mujeres
inmigrantes, hemos escogido Albacete para realizar los cuestionarios como ciudad
media, sin que presente ninguna característica especial.
El
colectivo más representativo es el colombiano, con mujeres con edades
comprendidas entre los 25 y los 40 años, tanto casadas como solteras y con
estudios medios.
Es una
emigración relativamente reciente y aunque aluden motivos económicos para su
proyecto migratorio presentan una alta tasa de desempleo. Las que trabajan lo
hacen como Empleadas de Hogar, gracias a información facilitada por amigos.
La
separación del resto de la familia , el desempleo y la situación irregular
aparecen en sus respuestas como os principales problemas a los que deben
enfrentarse. Dado el carácter reciente de la emigración, muchas de ellas se
alojan todavía en casas de amigos o conocidos.
La
mayoría de ellas a pesar de sentirse bien o aceptadas en España esperan volver
dentro de algunos años a sus países de origen.
Conclusiones:
A
pesar de las pequeñas diferencias que encontramos en las respuestas de los
cuestionarios distribuidos por las distintas Comunidades Autónomas, son más las
coincidencias existentes.
Es
lógico, que colectivos distintos se enfrenten a problemáticas distintas, por
ejemplo, las mujeres que proceden de países donde la lengua materna no es el
castellano, aluden como dificultad el problema del idioma, sin embargo hay
elementos que afectan a todos los colectivos por igual.
El
motivo fundamental de la emigración es claramente el económico, aunque algunas
mujeres marroquíes han venido en reagrupación familiar, argumentan también “los
motivos económicos” como la causa de su viaje. Esto se ve reforzado por el
elevado número de mujeres empleadas para terceros, que aunque más bajo que en
otros colectivos, se encuentra en una ascensión continua.
El
resto de los colectivos presenta una emigración de mujeres solas o acompañadas
de su pareja, pero con los hijo a cargo de sus familias en el país de
origen.
Los
problemas fundamentales que aparecen en las respuestas de los cuestionarios son:
la situación irregular, el trabajo y la
vivienda.
Respecto
al tema de la situación administrativa, existe un porcentaje bastante elevado de
mujeres que aluden serias dificultades a la hora de la tramitación de la
documentación, al margen de pertenecer a uno u otro colectivo, entre las
necesidades más importantes, “el conseguir un permiso” se encuentra entre las
principales.
El
trabajo, independientemente de la nacionalidad, que agrupa a la mayor proporción
de mujeres, es sin duda el Servicio Doméstico. Casi la totalidad están
insertadas laboralmente como empleadas del hogar en todas sus modalidades, como
interna o externa, a tiempo parcial o completo, muchas de ellas con contrato
temporal, aunque hay un alto índice que no tienen ningún tipo de contrato.
El
tema de la vivienda tampoco aparece directamente relacionado con la pertenencia
a un colectivo. Todos aluden el excesivo precio de las viviendas en alquiler,
sin embargo, si que observamos que en algunas ciudades parece existir un serio
desajuste entre la oferta y la demanda, por lo que los precios se disparan y los
inmigrantes no tienen, finalmente, otra opción que acceder a los pisos más
degradados del centro histórico. Un ejemplo de estas ciudades son Málaga o
Madrid.
En
el acceso a los servicios médicos, no existen diferencias geográficas o de
nacionalidad, las mujeres acuden de forma normalizada al ambulatorio, o si lo
requiere a los servicios de urgencias del hospital
En lo
que se refiere a la formación, podemos afirmar que la práctica totalidad no está
realizando ni ha realizado ningún curso de formación para el empleo, es algo
generalizado y sin relación a la nacionalidad o al lugar de residencia. Las
únicas excepciones, las encontramos en Cataluña, con un pequeño grupo de mujeres
marroquíes que acuden a cursos de castellano o catalán y en Cantabria, con
mujeres ecuatorianas que están siguiendo cursos de “Inserción al Empleo”,
“Creación de empresas e “inserción laboral para la mujer”.
Respecto
a la situación anímica, hay aspectos que aparecen en todos los colectivos, y son
“la separación del resto de la familia”, la “soledad” o “el futuro incierto”,
como las principales dificultades de adaptación. A pesar de esto , la mayoría de
ellas afirman sentirse bien o aceptadas en España y para muchas el quedarse en
este país forma parte de su proyecto migratorio.
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